Gabriel Laguna Mariscal

Marginalia et adversaria. Marzo 2003

 

 

"Déjame acompañarte a la guerra"

 

© Gabriel Laguna Mariscal

 

 

 

Foto del sargento Lamela despidiéndose de su esposa

Ahora que los aires bélicos contaminan el horizonte de expectativas, no estará de más recordar que la guerra, además de ser "odiada por las madres", según célebre apotegma de Horacio [1], ha sido siempre, también, profundamente aborrecida por las mujeres que deben despedir a sus esposos soldados. En la foto reproducida al margen, un sargento americano dice adiós a su mujer. Mientras él contiene su tristeza e intenta consolar a la muchacha, ella se deshace en lágrimas.

En ese contexto de despedida, constituye un tópico en la tradición literaria occidental que la mujer manifieste un ardiente deseo de acompañar a su marido a la guerra.
 

 

Recuerdo una manifestación de este tópico en la canción melódica contemporánea de hace algunas décadas. Pocos se acordarán hoy, quizá, de que el primer disco del grupo Mocedades, allá por el año 1969, incluía una canción titulada "La guerra cruel" (creo que era la versión española de una canción inglesa). En esta balada, una mujer, en el contexto de la despedida de su querido Johnny, insistía en acompañarle a la guerra. Su ruego era tan insistente y persuasivo que el hombre acababa accediendo. He aquí la letra:

La guerra ha empezado y Johnny ha de luchar,

quisiera a su lado mis días pasar.

Quisiera seguirte, también mi corazón,

déjame acompañarte... –No, mi amor, no.

Album Mocedades 1

Mañana es domingo, pasado has de partir,

pues la patria te llama y tú debes ir.

La patria te llama, también mi corazón,

déjame acompañarte... –No, mi amor, no.

 

Me ocultaré el pelo, de hombre vestiré

y como un compañero a tu lado iré.

Seré un compañero y nadie lo sabrá,

seguiré tu sendero como uno más.

 

Oh Johnny, oh Johnny: ¿por qué me haces sufrir?

Tú eres mi camino, mi mundo eres tú.

Quisiera expresarte mi inmenso amor por ti,

déjame acompañarte... –Sí, mi amor, sí.

En la poesía latina se documenta el tópico en numerosos pasajes [2]. Quizá el tratamiento más emotivo sea la elegía IV 3 de Propercio. En esta composición, una joven matrona romana (llamada por Propercio con el pseudónimo poético de Aretusa) escribe una carta a su esposo (llamado Licotas), que forma parte del ejército imperial romano en expedición contra Partia (curiosamente, exactamente el mismo territorio donde está la actual Irak). Aretusa lamenta la ausencia de Licotas y, envidiando la actitud guerrera de Hipólita (la mítica reina de las amazonas), manifiesta su anhelo de ser un soldado más para acompañar a su esposo, si no lo prohibieran los usos militares de Roma:

 

 

John William Godward: Dolce far niente

Aretusa envía esta carta a su esposo Licotas,

para sentirte cerca, a pesar de que siempre estás ausente.

Si ves algún borrón o mancha cuando la leas,

habrá sido causada por mis lágrimas. [...]

¿En esto ha parado nuestro compromiso matrimonial, éste es el regalo

de mi boda, cuando te ofrecí, virgen, mis brazos entregados a tu deseo?

[...]

¡Feliz Hipólita! Blandió armas con el pecho desnudo

y como una salvaje se cubrió su tierna cabeza con el casco.

Ojalá los campamentos romanos admitieran muchachas:

yo sería una fiel carga para ti en tu milicia;

ni las cumbres de la Escitia me detendrían, cuando Júpiter

reduce a hielo sólido con el frío las profundas aguas.

Todo amor es intenso, pero aún lo es más cuando el esposo falta.

La misma Venus airea esta antorcha, para que tome fuerza.

 

 

En la "Plaza del Pópulo" de la localidad jiennese de Baeza hay una fuente que fue colocada en el siglo XVI pero que, según parece, procede de la ciudad íbero-romana de Cástulo. En el centro de esta fuente se alza una estatua de piedra que tradicionalmente se ha considerado una representación de Imilce. ¿Y quién fue la tal Imilce?. Pues una princesa íbera, hija del rey de Cástulo, con la que se casó el general cartaginés Aníbal tras su llegada a Hispania hacia el año 221 a. C. [3] Nos cuenta la historia el poeta Silio Itálico, de época imperial, que escribió una novelización en verso de la segunda guerra púnica. Parece que Aníbal, que había tenido un hijo con Imilce, la obligó a embarcarse en Cádiz con el niño y dirigirse a Cartago, para ponerse a salvo de la campaña bélica que pensaba emprender contra los romanos, invadiendo Italia. Silio Itálico nos presenta una emotiva escena de despedida en el puerto de Cádiz. La mujer se lamenta penosamente de la separación impuesta, y desea acompañar al marido en la guerra:

Plaza del Pópulo (Baeza, Jaén, España)

¿A mí me impides acompañarte, olvidado

de que mi vida depende de la tuya? ¿En tan poco estimaré

el matrimonio y la cesión de mi virginidad, como para fallarte

en subir contigo montañas? ¡Confía en la hombría

femenina! No hay fuerza que supere al amor conyugal.

Pero si sólo soy juzgada por mi sexo, y has resuelto despedirme,

me avengo y no interpongo demora al destino. Que la divinidad te asista, hago votos.

Marcha con buen pie, marcha con el favor de los dioses y conforme a tus deseos,

y en la batalla, en el sangriento combate, acuérdate

de mantener vivo el recuerdo de tu esposa y de tu hijo.

                                                    (Púnicas III 109-127)

 

El poeta español Luis Alberto de Cuenca tituló un libro de poemas de 1996 con el sintagma Por Fuertes y Fronteras, título que resulta ser una porción de un verso del "Canto espiritual" de Juan de la Cruz (quien precisamente murió en Úbeda, a pocos kilómetros de Baeza; se cierra el círculo). Podemos leer el "Canto espiritual", prescindiendo perfectamente de un supuesto contenido místico, como la declaración incondicional de amor de una muchacha por su esposo. Esta entrega amorosa incluye precisamente el motivo que estamos examinando como tópico literario: su disposición a acompañar al amado o a buscarlo por los sitios más remotos y peligrosos, incluyendo los escenarios bélicos de los fuertes y las fronteras (versos 6-15):

Pastores los que fuerdes

allá por las majadas al otero,

si por ventura vierdes

aquel que yo más quiero,

decilde que adolezco, peno y muero.

 

Buscando mis amores

iré por esos montes y riberas;

ni cogeré las flores,

ni temeré las fieras,

y pasaré los fuertes y fronteras.

 

Foto de John Cornford (1915-1936)

Quiero acabar este breve recorrido con una indagación, algo especulativa (lo sé), sobre la canción de Mocedades que citaba hacia el comienzo. Y no me importa que me acusen de hacer "crítica-ficción".

El soldado que debe partir a la guerra en la canción es llamado Johnny por su mujer o novia. Mi hipótesis es que el autor de la letra de la canción bien pudo haber tenido en mente al joven poeta inglés John Cornford (1915-1936). Fue bisnieto de Charles Darwin (sí, el de la teoría de la evolución de las especies) e hijo de Francis Cornford, un prestigioso catedrático de Filosofía Antigua en la Universidad de Cambridge. Era un joven apuesto y un brillante estudiante de dicha Universidad de Cambridge, además de poeta. Comunista convencido, se alistó como voluntario en las brigadas internacionales que combatieron en la guerra civil española. (No constituye una dificultad frente a esta identificación la expresión "La patria te llama" de la canción de Mocedades, pues para los marxistas la Internacional Socialista constituye una Patria en toda regla.) Pues bien, John Cornford –Johnny– combatió en España, primero en los frentes de Aragón y Madrid, y luego en el de Andalucía. Murió en plena acción el 28 de Diciembre de 1936, alcanzado por una ráfaga de una ametralladora franquista cuando intentaba auxiliar a un compañero herido, en la batalla de Lopera (en la provincia de Jaén; de nuevo se cierra el círculo). Su cuerpo nunca fue recuperado, aunque un monumento conmemorativo recuerda su nombre (y el de otro poeta inglés, Ralph Fox) en el pueblo de Lopera. A su muerte tenía 21 años [4]. Sólo espero que finalmente no permitiera a su novia acompañarle a la guerra.

 

 

© Gabriel Laguna Mariscal

Todos los derechos reservados.

Se permite la reproducción, citando la fuente.

 

 

Se sugiere citar el presente artículo así (según normas del MLA):

 

Laguna Mariscal, Gabriel. "Déjame acompañarte a la guerra" Tradición Clásica. Marzo 2003. Acceso 20 May. 2003. [cámbiese según proceda]

<http://www.uco.es/~ca1lamag/Marzo2003.htm>

 

 

Notas

[1] Bellaque matribus detestata (Horacio, Odas I 1, 24-25). Volver al texto principal.

[2] He aquí una lista de pasajes donde se documenta el tópico: Propercio, IV 3 (Aretusa y Licotas); Ovidio, Tristia I 3, 81-86 (la esposa de Ovidio quiere acompañarlo al destierro); Lucano, Farsalia V 722-815 (Cornelia y Pompeyo); Estacio, Silvas V 1, 127-130 (Priscila, dispuesta a acompañar a su marido comandante), Silio Itálico (Imilce, dispuesta a seguir a Aníbal). Sobre el motivo pueden leerse los pertinentes artículos de G. Rosati, "Il modello di Aretusa (Prop. IV 3): tracce elegiache nell' epica del I Sec. d. C.", Maia 48 (1996), pp. 139-155 y "L' addio dell'esule morituro (Trist. I, 3): Ovidio come Protesilao", en W. Schubert (ed.), Ovid. Werk und Wirkung. Festgabe für Michael von Albrecht zum 65. Geburstag, Bern - Berlin - Bruxelles: Peter Lang, 1998, vol. II, pp. 787-796. Volver al texto principal.

[3] Tito Livio comenta que Aníbal casó con una mujer de Cástulo, sin citar el nombre de ésta (Ab urbe condita XXIV 41, 7). Es Silio Itálico (en sus Púnicas) quien nos proporciona el nombre de Imilce. Sobre la figura de Aníbal y su familia hay un excelente sitio inglés en la Web, realizado por Hilary Gowen:

http://www.barca.fsnet.co.uk

Volver al texto principal.

[4] Para la curiosidad del lector, aporto a continuación datos adicionales e información sobre John Cornford, así como bibliografía pertinente y enlaces Web:

 

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Su producción poética y ensayos en torno a ella se hallan recogidos en el libro de Pat Sloan (ed.), John Cornfold. A memoir, London: Jonathan Cape, 1938. Hay también un libro que es una biografía dual de Julian Bell y de John Cornford: Peter Stansky - William Abrahams, Journey to the Frontier: Two Roads to the Spanish Civil War, London: Constable, 1994, cuya reseña puede verse en:

http://pubs.socialistreviewindex.org.uk/sr180/books.htm

viñeta

Pueden consultarse semblanzas biográficas sobre John Cornford en:

http://nidosdeametralladora.tripod.com/cornford.htm

http://usuarios.lycos.es/antoniomarinlopera/cornford.htm

viñeta

Selecciones de poemas de Cornford se encuentran en:

http://www.geocities.com/Athens/Olympus/2601/jcornford.html

http://www.nexialquest.com/fashion/timebottle.html

viñeta

En el siguiente poema de Cornford, el poeta desde el frente de Aragón se dirige a la persona amada:

 

Huesca

Heart of the heartless world,
Dear heart, the thought of you
Is the pain at my side,
The shadow that chills my view.

The wind rises in the evening,
Reminds that autumn is near.
I am afraid to lose you,
I am afraid of my fear.

On the last mile to Huesca,
The last fence for our pride,
Think so kindly, dear, that I
Sense you at my side.

And if bad luck should lay my strength
Into the shallow grave,
Remember all the good you can;
Don't forget my love.

Huesca

 

Alma del mundo desalmado,

Corazón mío, pensar en ti

Es un dolor en mi costado,

La sombra que nubla mi vista.

 

Se levanta viento a la tarde,

Me recuerda que el otoño se acerca,

Tengo miedo de perderte,

Tengo miedo de mi miedo.

 

Falta una milla para Huesca,

El último baluarte de nuestro orgullo,

Amor: piensa en mí con cariño,

Para que te sienta a mi lado.

 

Y si la mala suerte prosterna mi fuerza

En la umbría tumba,

Recuerda todo lo bueno que puedas;

No olvides mi amor.

[Traducción de G. L. M.]

 

viñeta

Es interesante y curioso que exista una película británica, titulada Another country (1984, dirigida por Marek Kanievska), cuyo personaje Tommy Judd se basa parcialmente en John Cornford. Para más información, véanse:

http://de.geocities.com/mycfpage/filme/01-ac/rl-ac.htm

http://www.plumpton.demon.co.uk/anco1.htm

viñeta

También el poeta español José Ángel Valente (1929-2000) evocó la memoria del poeta inglés en un poema titulado "John Cornford, 1936", perteneciente al libro La memoria y los signos (1960-1965).

 

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Por último, sobre la decisiva Batalla de Lopera (27-29 de Diciembre de 1936), que fue un intento por parte de un contingente brigadista de recuperar el pueblo de Lopera (tomado por los nacionales), y en la que cayó abatido Cornford, véase:

http://usuarios.lycos.es/antoniomarinlopera/guerra.htm

Volver al texto principal.

 

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