Armazón de tres pies, para sostener instrumentos geodésicos, fotográficos, etc. En nuestro caso, sostendrá instrumentos de medición acústica.
Principalmente un trípode debe ser estable. La estabilidad es una de las principales propiedades que se le deben exigir a un trípode. Es necesario comprobar su estabilidad con las patas completamente extendidas. Conviene revisar la robustez mecánica de los ajustes, tuercas o pinzas, y tratar de prever cual puede ser su estado después de muchos usos.
Su parte fundamental es el cabezal, se trata de la parte del trípode a la que se fija el instrumento de medición. Los trípodes de gama superior ofrecen la posibilidad de intercambiar los cabezales, mientras que los más económicos traen cabezal fijo. Una de las partes más importantes del cabezal es la rótula, que nos permitirá conseguir diferentes inclinaciones, ejes de giro y ángulos. No siempre cuantos más ejes mejor: a veces es preferible tener un control más fino sobre los ángulos de posición. Hay diversos tipos: 3D, de cremallera, de bola, etc.
En cuanto a su composición, los trípodes pueden ser desde aluminio con los brazos y rótulas de plástico o metal hasta de fibra de carbono. Estos materiales hacen que este elemento sea ligero, resistente y duradero.
Muchos trípodes de uso profesional tienen los brazos simples o dobles con un estabilizador. Suelen llevar dos tubos paralelos por cada uno de los brazos.