Septicemia y artritis séptica en potros neonatos


22 abril, 2020

La septicemia es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el veterinario que trata a potros neonatos. Esto es debido fundamentalmente, a que es una de las causas de mortalidad más importante en estos individuos, siendo su morbilidad también bastante alta. Se conoce como septicemia, a la invasión microbiana (principalmente bacteriana) del torrente sanguíneo. El potro a menudo es capaz de sobrevivir al daño inicial causado por esta invasión, pero las complicaciones secundarias pueden empeorar gravemente el pronóstico del animal. Un rápido reconocimiento de los signos clínicos característicos del potro séptico y un tratamiento apropiado son cruciales para recuperar al animal.

Las infecciones ortopédicas son frecuentes en los potros sépticos y representan una de las complicaciones más importantes para la vida y limitantes para la futura carrera deportiva. La artritis séptica en potros, al contrario que en los caballos adultos, suele tener un origen hematógeno y ser secundario a un foco séptico en otra localización anatómica. Habitualmente si preguntamos por la historia clínica del animal podemos encontrar fallos de transferencia de inmunidad pasiva, problemas respiratorios, umbilicales o digestivos.

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Los signos clínicos de la artritis séptica incluyen efusión articular, celulitis local, calor, sensibilidad a la palpación y cojera, aunque esta última no es evidente en todos casos. Por ese motivo, es importante la palpación diaria de cada articulación en todos los neonatos. Cualquier signo de cojera o efusión articular en un neonato debe considerarse séptico hasta que se demuestre lo contrario.

El diagnóstico presuntivo se confirma realizando un análisis del líquido sinovial que será serosanguinolento, ligeramente opaco y con una viscosidad disminuida. Además, encontraremos habitualmente un contaje de células blancas superior a 10.000 células/ml con un porcentaje de neutrófilos superior al 90% y unas proteínas totales superiores a 4 g/dl. Cuando exista sospecha de infección sinovial, se debe tomar una muestra para realizar un cultivo del líquido sinovial en medio aerobio y anaerobio y un antibiograma. También es muy importante realizar un examen radiográfico completo, debido a que en muchos casos puede haber una afectación ósea, pero hay que recordar que los cambios radiográficos pueden tardar hasta 3 semanas en ser visibles. La ecografía es muy útil para valorar la afección de tejidos periarticulares, y sobre todo para visualizar las características del líquido y membrana sinovial, aunque proporciona información limitada sobre la afección ósea o cartilaginosa.

El tratamiento es siempre una emergencia y el tratamiento sistémico mediante antibioterapia se debe siempre complementar con un tratamiento local basado en lavados articulares, perfusiones regionales y/o artroscopia de las articulaciones afectadas. En casos muy agudos, sin afectación ósea o de tejidos adyacentes, se puede realizar un lavado con aguja. Sin embargo, cuando existen alteraciones óseas, en casos crónicos o que no responden al lavado se recomienda siempre realizar un lavado mediante artroscopia. Esta nos permite valorar las lesiones intraarticulares, desbridarlas si es necesario y eliminar grandes cantidades de fibrina y detritus.

Es importante recordar que siempre que nos encontremos un potro con una artritis o poliartritis séptica debemos valorar el resto de sistemas anatómicos, sobretodo el respiratorio, digestivo y la región umbilical para descartar la presencia de otros focos sépticos y tratarlos lo antes posible.

A continuación, os dejamos imágenes y vídeos de un par de casos de potros con septicemia y  poliartritis séptica tratados mediante artroscopia en nuestro hospital durante el mes de febrero. Ambos potros evolucionaron muy favorablemente y fueron dados de alta hace ya más de un mes.




 

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