La colaboración entre miembros en la tribu, por encima de sexos y de individualidades, es el principal mensaje de la exposición. Para ello, se emplean 44 láminas con información textual y dibujos del ilustrador burgalés Eduardo Saiz Alonso. La muestra enseña contextos con los que nuestros antepasados convivieron: el parto asistido; la lactancia colectiva; el ciclo reproductor; el cuidado de la prole; las actividades de aprovisionamiento como el carroñeo, el canibalismo, el procesado de alimentos y la caza; y la talla de herramientas.
A través de esta exposición se pretenden cuestionar estereotipos y superar la interpretación tradicional hecha sobre la evolución humana. La realidad evolutiva es “un éxito colectivo en el que ambos sexos se complementan y en el que tribu sostiene a sus individuos”, expresa el folleto informativo elaborado por la Unidad de Cultura Científica e Innovación del CENIEH.
Valoraciones
En este sentido, Rosario Mérida, vicerrectora de Vida Universitaria y Responsabilidad Social de la Universidad de Córdoba, recuerda “históricamente el papel de las mujeres ha estado ausente en el relato sobre la evolución humana, por lo que se ha producido un sesgo social y cultural”. La reconstrucción del proceso evolutivo se basa “tanto en datos empíricos como en una parte del relato subjetivo que incluye sesgos de la cultura patriarcal”, por lo que, a su juicio, “es necesario realizar un esfuerzo para incluir la mirada de la mujer en la interpretación de estos hechos”.
María Teresa Roldán, vicerrectora de Investigación, realza la importancia que “la investigación científica se haga y se diseñe con perspectiva de género, ya que los resultados no son iguales si sólo se contemplan los datos obtenidos de individuos masculinos”. Roldán pone como ejemplo los estudios sobre el infarto de miocardio, en el que el patrón generalmente es el del hombre, por lo que hay mujeres que cuadran con estos parámetros y quedan fuera de las fases de prevención de la dolencia.
María Rosal, directora de la Unidad de Igualdad, subraya que es “importante que se investigue cómo se perpetúan los sesgos de carácter androcéntrico” que perviven en la ciencia, ya que ésta “no es neutra, sino que está condicionada por multitud de factores, como el hecho de que el observador haya sido mayoritariamente masculino”.
La exposición se complementa con la conferencia de María Amor Barros, profesora de la Universidad de Burgos y directora de la Unidad de Cultura Científica e Innovación del CENIEH, el 7 de octubre a las 11:00 horas en el salón de actos del Rectorado de la UCO.