Originario de la Ciudad de M�xico, Drucker Col�n naci� el 15 de mayo de 1937. Realiz� sus de licenciatura en la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico (UNAM), y posteriormente obtuvo la maestr�a en Ciencias en la Universidad del Norte de Illinois, Estados Unidos.
Era profesor em�rito de la UNAM y un incansable difusor del conocimiento cient�fico. Desde 2012 ocupaba el puesto de secretario de Ciencia, Tecnolog�a e Innovaci�n de la Ciudad M�xico.
Drucker Col�n, inici� sus estudios de neurofisiolof�a con el doctor Ra�l Hern�ndez-Pe�n, en el Instituto de Investigaciones Cerebrales, A.C. Tras la muerte de Hern�ndez-Pe�n, en 1968 acept� una plaza como asistente de investigaci�n en el Departamento de Fisiolog�a, en la Escuela de Medicina, en Saskatchewan, Canad�, donde obtuvo el grado de Doctor en Fisiolog�a, en junio de 1971.
Retorn� a M�xico, y fue contratado como investigador asociado al Instituto Miles de Terap�utica Experimental, y como profesor de asignatura en la Facultad de Fisiolog�a de la UNAM, donde adem�s fungi� como jefe del Departamento de Psicobilog�a de 1972 a 1973.
A principios de los 90, el Doctor Drucker Col�n fue pionero a nivel mundial en aplicar las t�cnicas de inmunoqu�mica de la prote�na �c fos� como una herramienta para estudiar la actividad del cerebro durante el sue�o. Con esa t�cnica se establecieron los grupos neuronales que se activan en el Sistema Nervioso Central durante el sue�o.
En 1984 public� la primera evidencia de que se pod�a quitar y poner el reloj biol�gico del cerebro mediante trasplantes. De ah� deriv� su inter�s por el Parkinson y en 1987 public� el primer trabajo mundial que muestra la posibilidad de trasplante celular en pacientes con este padecimiento y mejorar sus s�ntomas.
En el acto de su investidura como Honoris Causa de la Universidad de C�rdoba, Druker Col�n hizo todo un alegato a favor del incremento de la inversi�n en investigaci�n por parte de los gobiernos, afirmando que �existe una correlaci�n muy evidente entre los pa�ses poderosos econ�micamente que dominan las econom�as mundiales y la calidad y cantidad de ciencia que estos producen�. Drucker concluy� su lecci�n defendiendo la �socializaci�n de la ciencia�.