Un estudio de la Universidad de Córdoba determina cuáles son las mejores especies para evitar que las llamas alcancen las viviendas en los incendios que afectan a urbanizaciones y zonas rurales en mitad de la montaña
Veinticuatro meses de trabajo y dos veranos a más de 40 grados han pasado los integrantes del equipo de investigación AGR 221 Silvopacicultura para probar cuáles son las especies más adecuadas para reducir la virulencia con la que los incendios forestales amenazan a las zonas de viviendas repartidas por el monte. Esas urbanizaciones, que a menudo ocupan los titulares cuando sus habitantes se ven obligados a ser evacuados, han sido estudiadas con minuciosidad por los ingenieros e investigadores de la UCO, que sin la espectacularidad de los bomberos, trabajan en la extinción de las llamas a base de matemáticas y ciencia.
Concretamente, los profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba Juan Ramón Molina, Francisco Rodríguez y Silva y Miguel Ángel Herrera y el investigador Teodoro Martín han calculado cuánto tardan en empezar a arder y cuánto tiempo mantienen la llama las 18 especies más utilizadas en el paisajismo de las urbanizaciones; las han comparado y han llegado a la conclusión de que son la tuya y el aligustre las plantas que cualquier persona propietaria debería emplear en los setos de sus viviendas si quiere mitigar los impactos de las llamas sobre sus viviendas.
Los resultados obtenidos por los investigadores de la Universidad de Córdoba son trasladables a todo el área mediterránea donde el diseño de jardines es bastante similar, según explica Juan Ramón Molina, que advierte que dado el protocolo de actuación en la extinción, que prioriza las viviendas sobre el monte, así como el incremento de la virulencia de incendios relacionado con el cambio global, la prevención en los entornos urbanizados es fundamental para conseguir que una vez que suenen las sirenas y lleguen los bomberos a la zona, se puedan dedicar todos los recursos posibles a salvar la vegetación natural y no sólo la que adorna las casas.
De Alcolea a Jellystone
El trabajo de la UCO ha servido para ofrecer un mapa de riesgo en el término municipal de Córdoba –uno de los más extensos de España- desde la barriada de Alcolea en el Este hasta Villarrubia en el Oeste o Trasierra en el Norte, que será incluido en los planes especiales de prevención de la administración local y andaluza. Sin embargo, los resultados de esta línea de investigación no tienen sólo un impacto puramente local. Al contrario, el equipo de la UCO trabaja codo con codo con el US Forest Service, el organismo del gobierno estadounidense que agrupa a la comunidad científica, a las administraciones estatales y locales y a la empresa privada para proteger su patrimonio forestal de los incendios o de los ladrones de picnics como Yogui -¿quién no recuerda la diligencia del guardabosques de Jellystone?-. Ficciones aparte, para los expertos de la UCO, el modelo americano de gestión es al que se debería caminar en España, de forma que la transferencia del conocimiento generado en los laboratorios llegase de manera automática a los técnicos que se ocupan de la prevención y extinción.
Sobre estos asuntos debatieron la semana pasada, más de un centenar de investigadores dentro del seminario ‘paisajes e incendios forestales. Diagnóstico y supresión’, impartido por el profesor Francisco Rodríguez Silva, de la UCO, y dos de los investigadores de mayor reconocimiento en este campo: los estadounidenses Dave Calkin y Matt Thompson, de la Rocky Mountain Station, uno de los centros científicos del US Forest Service.
Molina, JR; Martin, T; Silva, FRY; Herrera, MA. 'The ignition index based on flammability of vegetation improves planning in the wildland-urban interface: A case study in Southern Spain. 'LANDSCAPE AND URBAN PLANNING. Volumen 158, enero 2017, pages 129-138