El catedr�tico Juan Vicente Gir�ldez ha incidido hoy en la necesidad de la formaci�n para que la sociedad valore la importancia de los suelos. �De ellos obtenemos nuestros alimentos�, ha subrayado. Seg�n el catedr�tico de la UCO, si la sociedad tiene en cuenta el impacto que la actividad humana genera en el suelo, se podr�n establecer pol�ticas efectivas que ayuden a su protecci�n, dado que es un recurso fundamental para el desarrollo humano. Gir�ldez ha participado en el ciclo de conferencias por motivo del A�o Internacional de los Suelos que organiza la Universiddad de C�rdoba.
Se pierden cada a�o el 0,04% de los suelos por la erosi�n. Puede parecer poco, pero este porcentaje tiene importantes efectos, ya que reduce la capacidad productiva de alimentos de los terrenos o inutiliza directamente este recurso. Con el fin de reducir los efectos de la erosi�n de los suelos, Gir�ldez ha abogado por tres acciones. �En primer lugar, necesitamos conocer mejor el suelo�, ha abundado; �hay mucho todav�a por descubrir en �l�. Otra de las claves es transferir el conocimiento que se genere a los principales usuarios del suelo: los agricultores. �La investigaci�n no suele llegar a ellos�, ha lamentado. En tercer lugar, el experto ha pedido analizar con mayor �nfasis los ecosistemas que habitan los suelos, con el fin de conocer sus din�micas y determinar c�mo pueden reducir los efectos erosionadores del agua en los terrenos.
Gir�ldez ha informado que el l�mite tolerable de erosi�n para un terreno es de 1 mil�metro al a�o.
Frenar la erosi�n
Gir�ldez ha explicado que la erosi�n se puede frenar. Existen formas de paliar los efectos de las corrent�as en los terrenos, seg�n el especialista en Hidrolog�a e Hidr�ulica agr�cola como las pr�cticas agron�micas, la manipulaci�n del suelo y los m�todos mec�nicos. Estos �ltimos son los m�s sofisticados, mientras que la acci�n agron�mica es m�s posible en un cultivo. �Por ejemplo, se puede crear un cultivo de cubierta en cultivos como el olivar, que ayuda a fijar al suelo el agua recibida por un terreno�, ha indicado.
Fuera de los terrenos agr�colas, se suele emplear este tipo de vegetaci�n de cubierta en taludes de carreteras. Sin embargo, ha incidido Gir�ldez, el efecto de esta vegetaci�n sobre las corrent�as es escaso, ya que en las obras civiles la presencia de materia org�nica en la vegetaci�n de cubierta es peque�a, lo que afecta a la planta. Adem�s, ha habido casos de empleo de especies invasoras, como el kudzu (Pueraria lobata), que ha producido da�os ambientales en el entorno.
Otra t�cnica es el malhojo, que permite infiltrar el agua en el terreno haciendo un corte en la corriente de agua que arrastra los sedimentos y los introduzca en el interior del terreno. En el laboreo agr�cola, Gir�ldez ha defendido que la siembra directa permite un mejor aprovechamiento del agua ca�da sobre la tierra. Por �ltimo, el profesor de la UCO ha recordado el aprovechamiento que del agua hacen algunos pueblos en lugares �ridos, donde se pueden observar microcuencas circulares que retienen el agua de lluvia como una especie de charcos artificiales.
Medici�n
�A�n no sabemos cu�nta erosi�n existe ni el volumen de terreno que se pierde por este efecto, pero tenemos m�todos que nos permiten medir de alguna manera esta acci�n�, ha explicado Juan Vicente Gir�ldez. Una de las t�cnicas es medir las peanas de los olivos y el efecto erosionador que se ha producido por donde deb�a trancurrir el terreno entre medias de estos �rboles. Otras t�cnicas son m�s sofisticadas, como las magn�ticas.
Los suelos son un recurso indispensable para el desarrollo, algo que han entendido desde la Antig�edad los diferentes pueblos. Ante la p�rdida de suelos por efectos de la erosi�n, antes los pa�ses recurr�an a las guerras. Este fue uno de los motivos por los que se desencadenaron las guerras p�nicas entre Roma y Cartago, ha ejemplificado Gir�ldez. Ahora, los estados recurren a m�todos m�s sofisticados: la compra de tierra. Gir�ldez ha explicado que por medio de la pr�ctica conocida como land grabbing los pa�ses desarrollados adquieren tierra de los menos favorecidos. �Se est� hipotecando el futuro de la producci�n de alimentos y el de �frica, concretamente�, ha subrayado.
La erosi�n en la Historia
En su exposici�n, Gir�ldez hizo un repaso de lugares que fueron parte de la historia de la Humanidad y fueron afectados por la erosi�n que propicia la actividad humana. Ejemplos de ello son las ciudades griegas de Mileto o �feso, que contaban con salida al mar y ahora est�n tierra adentro, debido a la colmataci�n de sus accesos mar�timos por los sedimentos que transportan las corrientes de agua cercanas.
�La erosi�n produce p�rdidas, pero a veces tambi�n ganancias. Es el caso del delta del Nilo, o a una escala local, la cuesta de los Visos de C�rdoba. En Egipto, los sedimentos transportados por el r�o Nilo permitieron la actividad agr�cola en sus riberas. �No obstante, las desventajas de la erosi�n son mayores que los beneficios puntuales que pueda acarrrear�, ha puntualizado.