El director del Laboratorio de Estudios Judeoconversos, Enrique Soria, indaga en la genealog�a del autor barroco
El genial poeta y dramaturgo Luis de G�ngora, uno de los autores m�s descollantes del Siglo de Oro y creador de la corriente barroca del culteranismo, vivi� en un contexto parad�jico: mientras su obra era reconocida y �l mismo estaba integrado en la clase dominante de la Espa�a de los siglos XVI y XVII, tambi�n viv�a con el terror de que sus antecedentes familiares delataran lo que era una penalizaci�n social muy profunda en aquella sociedad: disponer de v�nculos familiares de judeoconversos. En G�ngora eran m�s de los que el debate acad�mico sospechaba hasta la fecha. El director del Laboratorio de Estudios Judeoconversos de la Universidad de C�rdoba, Enrique Soria Mesa, ha escudri�ado en los antecesores del literato (C�rdoba, 1561- ib�dem, 1627) y ha documentado en El origen jud�o de G�ngora estas relaciones familiares. �Ahora les queda a otros determinar si estas circunstancias afectaron a su creaci�n literaria�, ha dicho en la presentaci�n de esta obra, que aporta novedades cient�ficas y est� escrita en un lenguaje de alta divulgaci�n.
El libro, editado por Hannover ETC, recoge las investigaciones sobre la figura de la familia de G�ngora. �Hasta ahora, la historiograf�a las hab�a negado, eliminado u olvidado en personalidades como el propio Luis de G�ngora, fray Luis de Le�n o Teresa de Jes�s�. Este olvido intencionado de los antecedentes familiares de autores sobresalientes de la literatura y el pensamiento espa�oles del Siglo de Oro se deb�a, fundamentalmente, al contexto que les toc� vivir. �Era una sociedad xen�foba, antijud�a y, por tanto, el origen converso deb�a ser ocultado�, ha explicado el catedr�tico de Historia de la Universidad de C�rdoba.
En su labor investigadora, Soria ha abordado nuevos enfoques con el fin de terminar con un debate acad�mico que dura casi un siglo: �ten�a G�ngora sangre jud�a? �Modestamente, creo que he contribuido a superar este debate�, ha explicado el autor principal de la investigaci�n. A trav�s del estudio de las probanzas de limpieza de sangre, por medio del rastreo de documentos hist�ricos y teniendo en cuenta la importancia de las relaciones familiares en el Antiguo R�gimen (en algunos casos, se consideraba parte de la familia cercana hasta el cuarto grado de parentela), el historiador ha podido observar que �las l�neas geneal�gicas de G�ngora ocultaban un conjunto de conversos que era desconocido hasta ahora�.
En concreto, algunas ramas del �rbol geneal�gico de G�ngora vinculadas contaban con antiguos jud�os que hab�an tomado la fe cat�lica o hab�an sido procesados o investigados por la Inquisici�n. Adem�s de los pertenecientes al apellido Ca�izares, est�n potencialmente los Falces, que llegaron a servir en la corte de Felipe II. Pertenecer a la �lite social y haber tenido un antecedente familiar jud�o no era inhabitual en aquella �poca. �Muchos de ellos mimetizaron con las clases dirigentes y llegaban a tener acreditaciones de limpieza de sangre�. En los siglo XVI y XVII era com�n, adem�s el cambio de apellidos. El propio G�ngora tom� el de la madre, en vez del del padre.