Durante el medievo, una parte significativa del conocimiento científico generado en la Antigüedad por las civilizaciones griega y romana pasaron a Europa occidental a través del árabe, el hebreo o el arameo. Para que llegara al latín primero, y a las lenguas romances después, “hizo falta la labor de los traductores medievales”, explica Juan Pedro Monferrer, uno de los coorganizadores del ciclo John of Seville and Limia International Colloquia, que recuerda precisamente la figura de Juan Hispalense, compilador que vivió en la Península Ibérica en el siglo XII y trasladó al latín tratados de astronomía y astrología conservados en árabe.
La labor de estos traductores, resalta Monferrer, “fue la semilla para que luego se produjera en Europa una revolución intelectual”.
Durante el primer coloquio del ciclo, centrado en la transferencia del saber científico desde Oriente Próximo hacia Europa en la Antigüedad Tardía y la Edad Media, participan como conferenciantes investigadores de las universidades de Córdoba, Autónoma de Barcelona, Nova Nueva de Lisboa, Oporto (Portugal), Tennessee (Estados Unidos), Wurzburgo (Alemania) y Zaragoza. Entre los temas que han estudiado están la labor de eruditos como Gerardo de Cremona o Marcos de Toledo, el acceso de los occidentales a tanto a conocimientos basados en mitos como protocientíficos y la destrucción del patrimonio histórico y bibliográfico por los conflictos armados actuales.