Coincidiendo con esto, se ha celebrado recientemente en C�rdoba un congreso internacional dedicado al estudio cuantitativo del suelo, Pedometrics 2015, en el que Richard Webster ha sido el participante m�s distinguido por sus contribuciones a tal disciplina. La edafolog�a se inici� gracias a un funcionario de hacienda ruso, Dokuch�yev, que quiso saber con precisi�n el valor del suelo para poder asignar correctamente los impuestos en el siglo XIX. Transcurrieron muchos a�os con aportaciones aisladas a esta ciencia, hasta que al t�rmino de la II Guerra Mundial se aplicaron los m�todos de otras disciplinas form�ndose la edafolog�a que hoy conocemos.
Rodesia del Norte y Oxford
Richard Webster ha recordado los comienzos de su carrera profesional en Rodesia del Norte, actual Zambia, en 1957. �Hab�a terminado mi formaci�n como qu�mico en la Universidad y me reclutaron para evaluar la capacidad de la tierra para el desarrollo agr�cola del pa�s�, ha rememorado. Para tal prop�sito, comenz� a identificar las clases de suelo de la manera que se hac�a entonces, en un sistema parecido al empleado en la cartograf�a geol�gica. Se examinaban las fotograf�as a�reas en gabinete y se hac�an algunas medidas en campo. De vuelta al gabinete tras conocer los datos del laboratorio hab�a que interpolar los datos puntuales para elaborar los mapas, pero �c�mo interpolar? No estaba satisfecho con los m�todos usados. �Deb�a de existir un sistema mejor que tomar los datos a ojo�, reflexion�.
Tras esta experiencia desde su trabajo en la Estaci�n Experimental de Rothamsted colabor� con su colega Philip Beckett en la Universidad de Oxford, empezando a analizar la informaci�n de los suelos muestreados con m�todos estad�sticos. �Nos dimos cuenta que el problema era esencialmente estad�stico�, ha resumido. Con estos m�todos, comenzaron a clasificar y cartografiar una gran parte de la regi�n de Oxfordshire (al oeste de Londres). En 1970 publicaron los resultados. En aquellos a�os hab�a muchos edaf�logos de prestigio que estaban convencidos de que al encuadrar un suelo en un sistema de clasificaci�n se pod�an predecir de forma precisa todas sus cualidades, lo que Beckett y Webster pon�an en duda.
Un investigador visitante mejicano, Heriberto Cuanalo de la Cerda, le sugiri� el uso de los m�todos de las series temporales, muy avanzado ya en otros campos, que fueron aplicados cambiando la variable tiempo por la variable espacio, con notables resultados. Le dieron una vuelta al m�todo cl�sico de toma de datos sobre el terreno: ��Y si lo hac�amos de forma aleatoria?, nos preguntamos�, dice el profesor Webster. De nuevo en la campi�a que rodea la ciudad de Oxford, comenzaron a medir las propiedades de los suelos empleando la teor�a de grafos. Las relaciones matem�ticas entre los datos adquiridos permitieron obtener una informaci�n m�s precisa sobre las caracter�sticas del terreno.
Sin embargo el problema de c�mo interpolar datos segu�a sin una respuesta buena. De forma inesperada, en los �ltimos d�as de una estancia en el instituto de investigaciones m�s importante de Australia, CSIRO, en Camberra, Webster recibi� un visitante que le mencion� un nuevo m�todo para interpolar datos de forma �ptima, el krigeado, llamada as� por su descubridor un ingeniero de minas surafricano llamado Danie Krige. Esta menci�n fue como una epifan�a para Webster. De vuelta en Inglaterra estudi� los fundamentos e inici� una serie de publicaciones que abrieron una nueva v�a en la edafolog�a, la geoestad�stica, plasmada mucho m�s tarde en unos libros que hoy son cl�sicos como libros de texto. Entre otras propiedades la geoestad�stica tiene la ventaja de efectuar interpolaciones insesgadas, y con un error m�nimo. Por todo ello Richard Webster es uno de los gigantes que han desarrollado la edafolog�a.
Regreso a C�rdoba
Desde la d�cada de los a�os 60 del siglo pasado no visitaba C�rdoba. Invitado al congreso Pedometrics 2015, ha impartido una conferencia en la que ha hecho un repaso de los profundos cambios a los que ha contribuido que esta rama del conocimiento ha vivido, con la introducci�n de t�cnicas estad�sticas que mejoran la predicci�n del comportamiento de los suelos. �La disciplina ha cambiado enormemente�, reconoce. Webster lamenta que a�n hoy, los mapas de suelo no se empleen de forma general por parte de las personas que m�s contacto tienen con ellos, los agricultores. �Obviamente, tienen un conocimiento profundo del terreno que trabajan, pero los mapas de suelo les ayudar�an a enfocar con m�s garant�as los problemas de sus explotaciones�, resume. Tambi�n destaca la necesidad de intercambio de ideas y m�todos entre todos los campos de la ciencia.