- �Qu� pueden aprender los asistentes en el curso?
- El curso est� centrado en t�cnicas de estimulaci�n cerebral, concretamente no invasivas, de las que la m�s conocida es la estimulaci�n magn�tica transcraneal. �sta permite modificar la actividad en puntos concretos del cerebro y, por ello, decidir d�nde se puede realizar esta modificaci�n. Gracias a estudios en modelos animales aprendemos cada vez m�s c�mo funciona el cerebro. Sin embargo, en humanos nos permite entender no s�lo aspectos fundamentales del sistema nervioso, sino, lo m�s importante, nos permite modificar el sistema nervioso de aqu�llos que tienen problemas neurol�gicos y psiqui�tricos. Esto es, podemos hacer un tratamiento muy dirigido a las zonas del cerebro que no funcionan bien.
La mayor aplicaci�n terap�utica de la t�cnica ha sido en la depresi�n resistente al tratamiento m�dico, pero su rango de aplicabilidad est� creciendo muy r�pidamente, porque todas las enfermedades psiqui�tricas o neurol�gicas causan s�ntomas y discapacidad por alteraci�n de circuitos espec�ficos en el cerebro. Con la herramienta, podemos modificar los circuitos que causan los s�ntomas en �stas y otras enfermedades. Hablamos de traumatismos cerebrales o en enfermedades neurodegenerativas como demencia o p�rkinson, de enfermedades neuropsiqui�tricas e, incluso, para situaciones donde hay una desconexi�n de circuitos, como una ateroesclerosis m�ltiple.
- �De qu� manera una t�cnica no invasiva como �sta es capaz de realizar modificaciones en el cerebro del paciente?
- La forma m�s sencilla es pensar en el cerebro como una gran maroma de cables el�ctricos. Los cables salen de cada c�lula, de cada neurona. Y hay tantas c�lulas en el cerebro como estrellas en la V�a L�ctea. Cada una de estas c�lulas tiene, como promedio, 10.000 conexiones con otras, conexiones que se realizan a trav�s de este cableado el�ctrico. En esta interconexi�n el�ctrica, apenas se usan substancias qu�micas, s�lo para saltar de un cable al siguiente, lo que llamamos la sinapsis. Pensar en el cerebro como una sopa qu�mica es equivocado, es m�s, un complejo �rgano electroqu�mico, donde el componente el�ctrico del cableado es tan importante como el qu�mico.
Todas estas t�cnicas no invasivas permiten inducir corriente en zonas el�ctricas del cerebro. Por lo tanto, activan estos cables.
Al pasar corriente por una bobina, se genera un campo magn�tico. Este campo magn�tico induce una corriente secundaria y �sta es la que produce el efecto buscado Lo hacemos muy complicado con una corriente, un campo magn�tico y otra corriente porque el cerebro est� muy bien aislado dentro del cr�neo y la calota. Si aplicaras electricidad directamente, doler�a mucho, porque la electricidad afecta a la piel y no penetra en el cerebro.
- �Qu� grado de precisi�n tiene la t�cnica? �C�mo sabemos que se dirige espec�ficamente a la diana que se pretende tratar y no a otra zona del cerebro?
- Depende de la geometr�a de la bobina para inducir esa primera corriente y ese campo magn�tico. Si se usan peque�as y en forma de ocho, se pueden activar zonas del tama�o peque�o, de media u�a de me�ique, de cinco mil�metros cuadrados. Antes, claro, tenemos que saber a qu� parte del cerebro se est� apuntando.
- �Y tenemos mapeado el cerebro para saber las ubicaciones que se pretenden tratar?
- Se precisa la ubicaci�n por medio de resonancia magn�tica, aunque ya hay robots que permiten colocar la bobina en el sitio adecuado, por sistemas llamados de neuronavegaci�n. Sabemos adem�s por t�cnicas de neuroimagen que es demasiado simple pensar que el cerebro se compartimenta por zonas en las que cada una cumple una funci�n. No es realmente as�. La localizaci�n es m�s bien por grupos de �reas que trabajan, luego, en conjunto. Por eso hablamos de redes con nodos. La estimulaci�n a trav�s del nodo es una especie de ventana para modificar la actividad en una red.
Cada vez tenemos m�s formas para definir o identificar una red que da lugar a s�ntomas o enfermedades. Sin embargo, en cada persona son ligeramente distintas. La t�cnica permite una intervenci�n muy personalizada.
- �En qu� situaci�n se encuentra el uso de este tipo de tratamientos no invasivos?
- Est� aprobada por la FDA [Administraci�n de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, en sus siglas en ingl�s] para tratamientos en depresiones y se ha probado en muchos hospitales para el tratamiento de p�rkinson, demencia, epilepsia. En Europa, varios aparatos est�n tambi�n aprobados y se emplean en algunas cl�nicas.
Sin embargo, la formaci�n en estas t�cnicas sigue siendo escasa. Por eso es necesario un curso de este tipo, como el que se imparte en la Universidad de C�rdoba, en castellano, para Espa�a e Hispanoam�rica.
- En el centro del que proceden, emplean un tipo de investigaci�n denominado traslacional en vez de seguir la forma convencional de hacer investigaci�n en biomedicina, m�s lineal, con fases b�sicas y cl�nicas hasta llegar al tratamiento. �Podr�a explicar qu� beneficios reporta esta v�a?
- En cierto modo, es como la forma tradicional de hacer investigaci�n. Lo �nico que hacemos es usar una terminolog�a diferente con un objetivo de concienciaci�n. Creo que la mayor�a de los investigadores que hacen ciencia b�sica buscan entender procesos fundamentales que a la postre puedan ayudar a la gente. Ese intento de pasar del conocimiento b�sico a la cl�nica es traslacional. Y �sta es la forma tradicional de hacer ciencia.
Sin embargo, la gente que hace investigaci�n b�sica a la postre tiene que entender en qu� consiste el sufrimiento de los enfermos. Tienen que darse cuenta que no s�lo hay una direcci�n, tambi�n existe una direcci�n opuesta. Nosotros tambi�n trabajamos con problemas descritos por cl�nicos y hacemos una especie de desconstrucci�n para buscar sus causas. En investigaci�n traslacional hay un bucle continuo.
- �Qu� grado de conocimiento tenemos actualmente del cerebro, de las conexiones que all� se producen?
- M�s que ayer y menos que ma�ana. M�s de lo que sab�amos hace d�cadas, claramente, pero tambi�n de las cosas que necesitamos conocer. En este proceso de aprendizaje, hemos desterrado mitos, como que no usamos m�s que un porcentaje peque�o de nuestro cerebro, o como que perdemos capacidades a partir de los 18 a�os, o que el cerebro serv�a exclusivamente para relacionarnos con el mundo externo. Ahora sabemos que el cerebro cambia continuamente a lo largo de la vida y que el cerebro nos sirve para controlar el mundo externo e interno.
- Usted ha afirmado que las destrezas adquiridas cambian nuestro propio cerebro �C�mo es capaz el aprendizaje de modificar este �rgano?
- El cerebro est� cambiando constantemente. Los lectores de esta entrevista terminar�n, literalmente, con un cerebro distinto. Cada cosa que hacemos, pensamos, sentimos o experimentamos cambia nuestro cerebro. Es como redirigir el tr�fico en la ciudad. Cambiamos el flujo de la informaci�n y, si seguimos enfatizando estos cambios repitiendo experiencias, se acabar�n formando conexiones nuevas.
- Entonces, �igual que podemos entrenar un m�sculo para que adquiera m�s fuerza, podemos moldear el cerebro para que adquiera nuevas capacidades?
- S�, y de hecho lo hacemos. La gente no es consciente, pero de alg�n modo lo sabe. Por ejemplo, despu�s de aprender a conducir, y ya con la experiencia, podemos conducir y mantener una charla con el tenemos al lado. Esto se produce porque se han creado conexiones nuevas. Igual ocurre cuando aprendes a tocar un instrumento, a disfrutar el tenis� Somos capaces de adquirir habilidades que pueden ser impensables, como, por ejemplo, manejar un tel�fono m�vil, aparato que no exist�a en nuestro nacimiento. Esto se conoce como plasticidad del cerebro.
- Como catedr�tico en una universidad tan prestigiosa como Harvard, �c�mo percibe la situaci�n de la ciencia en Espa�a? �Ha observado alg�n cambio en alguna direcci�n desde que se march�?
- En veinte a�os que llevo all�, la situaci�n es infinitamente mejor. Siempre ha habido grandes mentes y habilidades, y los sigue habiendo. Desafortunadamente, para mucha gente ha sido dif�cil establecerse, porque el sistema es poco din�mico y requiere mucha perseverancia y aceptar las limitaciones que tiene. Esto ha llevado a una cierta l�nea de trabajo por la que funcionan bien grupos de investigaci�n peque�os, pero que ha impedido el avance grupos m�s grandes o heterog�neos. El dinamismo que requieren estos equipos multidisciplinares no es sencillo de encontrar en la universidad espa�ola, pero hay grandes cient�ficos y se producen importantes avances.
Sigue existiendo, no obstante, una dificultad para la gente joven para conseguir tanto la gu�a como el apoyo. Esto hace que perdamos en Espa�a a gente capaz, que acaba y�ndose fuera y a veces no les es posible volver.
- �Qu� consejo le dar�a a estos j�venes investigadores?
- Que sean honrados consigo mismo. �Yo me fui y no voy a decir a la gente que se quede! Eso s�, deben valorar que si se van, estar�n a estar lejos de la familia, de la cultura propia. Esto es un coste. Otra cuesti�n de la que hay que ser consciente es que la labor de los que se quedan aqu� es generosa y valiosa.
El consejo m�s importante que se puede dar es que la gente ame lo que hace, como dec�a Steve Jobs. Da igual que sea pintar o hacer ciencia. Hay que hacerlo con total dedicaci�n.
- Particularmente, en neurociencias, se han creado en las �ltimas d�cadas en Espa�a institutos de investigaci�n dedicados a esta disciplina en diferentes puntos del pa�s. �C�mo observa la creaci�n de estos centros de investigaci�n, qu� grado de competitividad tienen respecto a otros ubicados en Estados Unidos o Europa?
- Partiendo de que se ha avanzado mucho y hay gente muy capaz, creo que el sistema es poco din�mico y flexible. En Espa�a tenemos como cultura el tener nuestro propio huerto, como decimos en Valencia. Esto es un error. Entiendo el gusto de tener lo propio, pero se pierden capacidades de hacer de forma conjunta. Para avanzar en una disciplina tan compleja como las neurociencias hay que trabajar as�, colectivamente. El riesgo de tener un n�mero grande de institutos de neurociencias es que puedan ser demasiados, que los equipos que se dedican a esto terminen demasiado parcelados.
Luego, en esta disciplina y en todas en general, hay gente muy capaz y otra que lo es menos. Habr�a que ser m�s cruel: apoyar al que lo hace bien y descartar al que estorba. Hay gente que se podr�a dedicar a otra cosa. Es duro decirlo, pero es necesario para la sociedad.
- �Cu�ndo cree que tengamos en Espa�a un premio Nobel en categor�as cient�ficas?
- Es dif�cil, en parte porque somos un pueblo que con frecuencia nos cuesta reconocer a los nuestros. �Nadie es profeta en su tierra�, se dice, pero en Espa�a es m�s cierta esta frase. La realidad de estos premios es que no s�lo hay un reconocimiento cient�fico, tambi�n hay un apoyo pol�tico previo. Y aqu� falta.
No obstante, m�s que el premio, lo importante es hacer bien la labor investigadora. Y creo en Espa�a hay gente que realiza investigaci�n de impacto aunque no reciba galardones.