Europa, particularmente en Espa�a. Revel�, por ejemplo, que las mujeres representan ya el 16% del total de terroristas isl�micos detenidos mientras que los conversos suponen un 13%. Espa�a, no obstante, no figura entre los pa�ses europeos que m�s efectivos suministra a Daesh, la mort�fera organizaci�n que fustiga Oriente Medio y que cuenta ya con m�s de 30.000 combatientes procedentes de 86 pa�ses. Cinco mil de sus integrantes han salido de Europa occidental, conforme indic� Garc�a Calvo.
La experta subray� que la media de edad de los yihadistas se sit�a entre los 26 y los 30 a�os y que entre los perfiles socioecon�micos se encuentran desde universitarios a empresarios, en todo caso personas con escasa identificaci�n cultural con Europa y tambi�n con sus pa�ses de origen. El debate, que tuvo lugar en el edificio L�pez Alba, antiguo Rectorado de la UCO, fue moderado por Manuel Torres, director de la C�tedra Unesco de Resoluci�n de Conflictos.
Jes�s A. N��ez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci�n Humanitaria (Iecah), esboz� un relato detallado sobre la naturaleza y el alcance de la amenaza yihadista y se mostr� muy cr�tico con la estrategia occidental puesta en marcha. �La respuesta militar no es el camino para actuar frente al terrorismo�, sostuvo. En su opini�n, el ejemplo de la intervenci�n en Afganist�n e Irak demuestra que ninguno de los dos pa�ses se han logrado estabilizar a�os despu�s ni ha sido posible liquidar el terrorismo islamista.
N��ez Villaverde lament� que la reacci�n tras los atentados de Par�s haya �recordado claramente a la respuesta de Bush� en 2001 cuando el presidente franc�s Fran�ois Hollande proclam� solemnemente que su pa�s se encontraba �en guerra� contra el terrorismo en id�ntica expresi�n a la usada por el mandatario estadounidense hace 15 a�os. El especialista critic� igualmente el apoyo que Occidente ha prestado al golpe militar de Egipto, que en 2013 derroc� al leg�timo gobierno de los Hermanos Musulmanes elegido democr�ticamente en las urnas. �Si triunfa el islamismo en las elecciones hay que asumirlo�, declar�. �De lo contrario�, prosigui�, �el mensaje que enviamos al islamismo reformista es que no tiene sitio en el juego pol�tico internacional�.