En los resultados presentados, el equipo científico ha conseguido actualizar la información y registros que se poseían sobre las tendencias en el comportamiento de la nieve, el régimen de humedad en el suelo y el caudal en ciertos puntos de los principales ríos de la Sierra. Del mismo modo se han identificado zonas más vulnerables a posibles cambios y su afección en el entorno. También se han evaluado dos de los escenarios futuros propuestos en el quinto informe del panel intergubernamental de cambio climático (AR5-IPCC), basados en la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero, comparando éstos con los obtenidos para el cuarto informe (AR4-IPCC). Para ello se han utilizado las predicciones del downscaling realizado por AEMET en las estaciones meteorológicas seleccionadas en el área del PNSN en el periodo de referencia (1960-2000) y en el periodo futuro (2006-2100).
Así, la combinación del análisis de las tendencias de los últimos 55 años muestran un decrecimiento en la extensión y persistencia de la nieve. Cada año hay un 0,08% menos de nieve y ésta aguanta 0,3 días menos al año. Lo que no parece variar, al menos no de una forma estadísticamente significativa, son las precipitaciones. Los últimos 15 años analizados modifican las tendencias observadas hasta finales de siglo. Existe una mayor variabilidad en la precipitación de estos años, lo que hace que la nieve no perdure ni se extienda de la misma forma que entonces.
En su informe a la Fundación Biodiversidad, el equipo de investigadores subraya la necesidad de mantener el estudio de la zona con objeto de seguir disponiendo de largas series de datos para conocer la evolución de la cubierta de nieve, para poder identificar patrones de comportamiento significativos en la mayoría de las variables seleccionadas como indicadoras. Además, el estudio ha permitido analizar los efectos del cambio global sobre una acequia en la zona. Se ha observado una reducción en el número de días en los que esta acequia se encuentra completamente llena, lo cual se traduce en un retraso en el comienzo del llenado y un adelanto del periodo en el que la acequia comienza a secarse. Esta herramienta permite estimar la infiltración de agua desde la acequia al subsuelo así como asesorar diferentes escenarios de uso y estimar acciones de adaptación local para sus usuarios.