Un estudio demuestra que los abetares m�s antiguos son m�s tolerantes a condiciones de aumento de temperatura y disminuci�n de precipitaci�n. El mantenimiento de la diversidad ayuda a los expertos a contar con individuos adaptados, id�neos en las restauraciones, que eviten el decaimiento de la especie.
Investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiolog�a de Sevilla (IRNAS-CSIC), las Universidades de C�rdoba y de Stirling, junto con el Instituto Pirenaico de Ecolog�a y el Centro de Investigaci�n Ecol�gica y Aplicaciones Forestales han demostrado que la diversidad gen�tica de los abetos del Pirineo mejora su respuesta al cambio clim�tico. De esta forma, las especies de la zona oriental, m�s antiguas, se ven menos afectadas por el aumento de temperaturas y disminuci�n de precipitaci�n. Por ello, resultan �tiles en las restauraciones que eviten el declive de la especie, porque soportan mejor el futuro escenario clim�tico.
El abeto representa una especie de inter�s por su proceso de declive y por situarse en una zona vulnerable al cambio clim�tico. De ah� que los investigadores se preguntaran si las dos �reas en las que se distribuye, el este (Pirineo catal�n) y el oeste (Pirineo aragon�s), responder�an de igual forma a las modificaciones clim�ticas.
En su estudio titulado �Role of geographical provenance on the response of silver fir seedlings to experimental warming and drought�, publicado en la revista Tree Physiology, los investigadores concluyen que ambas zonas poseen un acervo gen�tico diferenciado. De esta forma, aunque el aumento de temperatura y de sequ�a disminuye la supervivencia de las pl�ntulas de abeto de forma generalizada se observan evoluciones distintas entre el oeste y el este.
Esas modificaciones guardan relaci�n con su antig�edad, ya que la especie se expandi� del Mediterr�neo a Cant�brico. De ah� que los abetares del este, m�s antiguos, contengan adaptaciones gen�ticas que les permiten tolerar mejor el estr�s ambiental. �Las diferencias son importantes para promover la salud de los abetares del Pirineo en un escenario de cambio global. Estos recursos gen�ticos que contienen determinadas adaptaciones de resistencia a la sequ�a resultan determinantes en un mundo cada vez m�s c�lido y con sequ�as m�s extremas�, apunta a la Fundaci�n Descubre uno de los autores del estudio Luis Mat�as, investigador del IRNAS.
Microcosmos controlado
Para llegar a estas conclusiones, los expertos acometieron experimentos en un microcosmos, es decir, un ambiente con condiciones estrictamente controladas para simular el calentamiento futuro y la sequ�a en comparaci�n con las condiciones actuales. Se seleccionaron 13 poblaciones representativas de la zona de distribuci�n y se cultivaron en distintos escenarios. Un grupo con el clima actual, otro con un aumento de temperatura, otro con aumento disminuci�n de precipitaciones y un �ltimo con aumento de temperatura y reducci�n de lluvia.
Durante seis meses, analizaron la fisiolog�a, el crecimiento y la supervivencia de las pl�ntulas del abeto recogidos de las poblaciones pirenaicas oriental y occidental. A continuaci�n desarrollaron un an�lisis gen�tico y comprobaron las diferentes respuestas. �Las del oeste soportan mejor el aumento de temperatura, pero cuando hay un incremento de este factor y un descenso de precipitaci�n, se comportan mejor las del este�, precisa.
Por tanto, ante una combinaci�n de factores clim�ticos adversos, los orientales resultan m�s resistentes. �Si conocemos estos mecanismos, se seleccionaran ejemplares con unas caracter�sticas concretas para las restauraciones. Es mejor introducir individuos que tienen garant�a de �xito en esas condiciones�, explica.
Los expertos apuntan la necesidad de mantener el mayor n�mero de poblaciones viables, ya que una mayor diversidad gen�tica garantiza la resistencia a condiciones clim�ticas adversas. �El siguiente paso ser� identificar los genes concretos implicados en esa respuesta a la sequ�a�, adelanta Mat�as.
Los resultados de este estudio, financiado por la Uni�n Europea y los ministerios de Econom�a y Competitividad y Agricultura y Medio Ambiente, apuntan que los cambios previstos en el clima, con condiciones m�s c�lidas y secas, alterar�n el crecimiento, la fisiolog�a y la supervivencia de las pl�ntulas del abeto en el l�mite de su �rea de distribuci�n geogr�fica. �Si tenemos una variedad que responde bien a estos cambios, con ella podremos restaurar zonas que pierdan masa de bosque�, adelanta.
Referencia:
Mat�as, L., Gonz�lez-D�az, P., Quero, J.L., Camarero, J.J., Lloret, F., Jump, A.S. 2016. �Role of geographical provenance on the response of silver fir seedlings to experimental warming and drought�. Tree Physiology. doi:10.1093/treephys/tpw049