A simple vista, las grandes estatuas romanas que llenan las calles de roma, los museos arqueol�gicos de media Europa y siguen apareciendo en los yacimientos arqueol�gicos del territorio que ocup� el antiguo Imperio son de un blanco casi inmaculado. As� llevan siglos present�ndose ante los ojos de quienes han querido mirarlas con m�s o menos pasi�n. Los artistas renacentistas las idolatraron y considerado un ejemplo de virtuosismo art�stico. El arte cl�sico fue considerado la esencia del genio humano. Miguel �ngel cre� su David y su Piedad imitando a los escultores griegos y romanos, tallando en la inmaculada piedra dos de las grandes obras de la Historia Universal del Arte. Se le olvidada, sin embargo, un detalle. Las estatuas romanas no fueron blancas en su origen, estaban laboriosamente pintadas de vivos colores aunque ni los ojos de los renacentistas ni de cualquier persona del a�o 2017 sea capaz de verlos.
As� lo han sospechado durante d�cadas los arque�logos y as� lo ha demostrado recientemente la ciencia. Uno de los �ltimos trabajos en este sentido ha sido el publicado por un equipo de investigaci�n de la Universidad de C�rdoba en el Instituto de Qu�mica Fina y Nanoqu�mica integrado por los profesores Jos� Rafael Ruiz Arrebola y C�sar Jm�nez Sanchidri�n y los investigadores Daniel Cosano Hidalgo y Laura Dara Mateos Luque en la revista Microchemical Journal, en la que constatan la existencia de pigmentos de amarillo, azul y rojo en tres grandes estatuas aparecidas en el yacimiento arqueol�gico de Torreparedones (Baena, C�rdoba), cuyas excavaciones dirige el profesor Carlos M�rquez.
Para sacar los colores a las esculturas, el equipo de la UCO, perteneciente al Departamento de Qu�mica Org�nica, ha recurrido a la espectrometr�a Raman, consistente en irradiar la muestra con un l�ser y medir la luz dispersada, correlacionando el n�mero de onda de dicha luz dispersada con diferentes enlaces qu�micos que hacen posible determinar la naturaleza del pigmento empleado en la pintura.
Seg�n detallan en el art�culo, para conseguir conocer los colores concretos que adornaron las vestimentas de los emperadores Augusto y Claudio y la que posiblemente representara a Livia, esposa del primero de ellos, los investigadores de la UCO calibraron el espectr�metro de acuerdo con los materiales que se pensaba que eran utilizados para colorear este tipo de estatuas. Tras someter las tres esculturas a este an�lisis, los investigadores concluyeron que los artistas de la B�tica emplearon el oxihidr�xido de hierro (goethita) para conseguir el amarillo, el �xido de hierro (hematites) para el rojo y el �azul egipcio�, un pigmento conocido desde la antig�edad, sintetizado a base de arena sil�cea, calcita y cobre.
El virtuosismo de aquellos antiguos pintores de estatuas no se limit� a emplear los colores planos, sino que los mezclaron con carbonato y fosfato c�lcico y sulfatos para matizarlos, logrando diferentes tonalidades y dotando a sus esculturas de una profundidad, que, si se hubieran conservado, probablemente hubieran impresionado como hizo todo su arte a los renacentistas.
D. Cosano, L. Dara Mateos, C. Jim�nez-Sanchidri�n, J.R. Ruiz, Identification by Raman microspectroscopy of pigments in seated statues found in the Torreparedones Roman archaeological site (Baena, Spain), Microchemical Journal, 130 (2017) 191-197.