Hizo hincapié en dos elementos que consideró cruciales: la participación en la mesa de negociaciones de las víctimas y de las mujeres. Precisamente, en su opinión, la cuestión de género ha sido mal interpretada y se ha convertido en uno de los elementos perturbadores en el resultado negativo del referéndum, que rechazó los acuerdos de paz. “Los temas de género dividen Colombia”, puntualizó, “y este asunto fue manipulado”.
Por su parte, Carlos Andrés Pérez, rector de la Universidad Santiago de Cali (Colombia), aseguró que “no todos los actores del conflicto quieren la paz”. “Hay actores para quienes la guerra significa dinero”, señaló, a propósito de los numerosos obstáculos que afronta este acuerdo de alcance histórico. Pérez expuso un análisis detallado sobre las cláusulas más complejas del pacto alcanzado entre las FARC y el Gobierno colombiano. Identificó la concentración de la tierra como uno de los elementos desencadenantes del litigio armado hace medio siglo, que aún hoy sigue pendiente de resolución.
“El 75% de los cultivadores tienen solo el 5% de la propiedad de la tierra”, indicó. “Y esto toca el interés de grupos económicos de mucho poder”, agregó. También abordó la espinosa cuestión de la ley de amnistía, cuya formulación, según su prisma, es un “punto sofisticada” sometida a una normativa compleja que siembra la duda en numerosos jueces. “Hasta hoy hay unas 800 personas amnistiadas”, precisó.
Otra de las cuestiones sensibles es el futuro de los guerrilleros desmovilizados. Citó, en este sentido, el abandono de miles de combatientes de las FARC hace tres décadas para ingresar una formación política denominada Unión Patriótica. Unos 3.500 fueron asesinados de forma selectiva por los grupos paramilitares, según datos proporcionados por Carlos Andrés Pérez, y este hecho arroja interrogantes al proceso de desmovilización militar actual.
Finalmente, intervino José Antonio García Belaunde, ex ministro de Exteriores de Perú y embajador en activo en España. El diplomático repasó la historia reciente de Latinoamérica y el impacto que tuvo la revolución cubana en el surgimiento de grupos armados a mediados del siglo XX. Hoy día, sostuvo, todos los movimientos violentos han desaparecido, y vinculó este hecho con la mejora del nivel de vida de la población y la consolidación de sistemas de libre comercio.
El chavismo introdujo a finales de los noventa un fenómeno no previsto en la agenda política. “Se autodefinió como socialismo del siglo XXI, cuando daba la impresión de ser socialismo del siglo XIX”, afirmó con evidente sentido crítico. Según Belaunde, el bolivarismo tuvo cierto éxito sostenido por el alto precio de las materias primas, particularmente el petróleo, que permitió a Venezuela registrar ingresos extraordinarios gracias a los más de 100 dólares que llegó a costar el barril.
El diplomático peruano también se mostró crítico con la nueva administración estadounidense representada por Donal Trump. “Ahora tenemos el populismo descarado de Trump”, dijo. “Nosotros estamos a contramano”, señaló, en referencia a los países suramericanos, y aventuró que la mayor parte de los gobiernos de Latinoamérica no abandonarán la senda del libre comercio, pese a la política proteccionista que preconiza el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
“América Latina va a hacer causa común con México, tanto en relación a los acuerdos comerciales como a la cuestión del muro”, anunció, aunque subrayó: “Para nosotros va a ser complicado. Hay muchos países cuya economía depende demasiado de EEUU”.