Según razonó, la misoginia actúa contra la democracia porque “busca justificar la subordinación de la mitad del planeta”. Y abundó: “Casi todos esos conceptos negativos están trufados de misoginia. El patriarcado contamina el planeta”. En esta dirección, trajo a su discurso una frase histórica pronunciada por el presidente estadounidense Woodrow Wilson a principios del siglo XX: “No se puede ser demócrata sin ser feminista”.
“La discriminación de la mujer no es un tema menor. Es el gran tema de la democracia. Y las cifras cantan. No es un discurso teórico. Lo que te determina como individuo es si naces hombre o mujer. Y las cifras dicen que son las mujeres siempre las que están en peores condiciones de vida que los hombres. Siempre”, recalcó en un salón de actos de la UCO con numerosos estudiantes universitarios.
“¿Por qué los estados democráticos consienten la desigualdad salarial entre el hombre y la mujer?”, se preguntó. “Porque no hay voluntad política de colocar en el centro de juego este tema”, se lamentó. Según los datos que aportó, las mujeres cobran el 27% menos que los hombres, lo que representa un dato inaceptable, a juicio de la ex ministra. Calvo Poyato aludió a la reproducción como un hecho “político” y no “privado” o “cultural”, que es el lugar donde el “patriarcado” quiere ubicarlo. Cifró en 600.000 las mujeres que mueren cada año en el parto en todo el mundo y volvió a lanzar una pregunta al aire: “¿Hay alguien que lo considere un hecho político relevante?”.
“La violencia que se ejerce contra las mujeres es una violencia de poder. Alguien decide que tiene poder sobre ti y lo ejerce”, deploró. Para corregir los graves desajustes de género, Calmen Calvo apeló a los hombres y recordó que para equilibrar la balanza y que las mujeres ocupen nuevos espacios sociales y públicos, “los varones tienen que renunciar a sus viejos privilegios”.