La sintaxis, cargada de anástrofes, ofrece un soneto que es solo una oración con un sujeto en los cuartetos, un predicado en los tercetos, y nutrido de enca-balgamientos. Por otra parte, la semántica juega con la realidad y la ficción, lo cual no es extraño teniendo en cuenta que fue escrito en un periodo que en el arte español muestra cierta tendencia a confundirlas, como ocurre con ‘El Quijote’ o la pintura de Velázquez.
Joaquín Roses, junto con los asistentes, ha ido desmenuzando el poema, en el que Góngora da la impresión de burlarse de la propia poesía, con un distanciamiento que lo hace abrazar la parodia. En este sentido, a través de la semántica del texto, emerge un Góngora deliberadamente ambiguo.
Las actividades de la Cátedra Góngora continúan este jueves 19, a las 19.30 horas en la Casa Góngora, con el ciclo “Góngora Vivo: cómo leen a Góngora los creadores de hoy”, que contará con la participación del escritor Marcos Ricardo Barnatán.
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