En el an�lisis de este yacimiento se combinan por primera vez t�cnicas de documentaci�n 3D terrestres y subacu�tica en aguas continentales de la provincia, fruto de una iniciativa conjunta del proyecto Alto Guadiato Arqueol�gico y el Proyecto Roat�n, de buceo cient�fico. Varios miembros del equipo de este �ltimo descubrieron recientemente estructuras subacu�ticas de piedra en este asentamiento ib�rico, adem�s de restos de cer�micas y un horno para fundici�n de hierro.
Monterroso ha explicado que estos trabajos �est�n ofreciendo unos resultados muy significativos, debido tanto al buen estado de conservaci�n del yacimiento como a su rica secuencia hist�rica�. Para documentar la secuencia evolutiva de este asentamiento se ha procedido al an�lisis del material gr�fico de todo el yacimiento y a la excavaci�n de un corte arqueol�gico.
Seg�n la directora de la excavaci�n arqueol�gica en curso, Araceli Cristo Ropero, en el yacimiento belmezano se han documentado las tres partes que componen el molino. Por un lado, se ha recuperado perfectamente la base o peana, donde estaba asentado el molino. Esta pieza circular soportaba el peso del molino y tiene un di�metro de 50 cent�metros. Por otro lado, se conserva la pieza superior o activa, denominada �catillus� que es la que daba movilidad al molino. Dicha estructura conserva las muescas donde se insertaba el enmangue o mango que sosten�a la viga transversal y que era la responsable de hacer girar el molino al ser impulsada por personas o animales. Finalmente, se ha descubierto la pieza inferior o pasiva, llamada �meta�, que es fija y conserva igualmente el orificio donde se insertaba el eje.
Los investigadores han extra�do muestras para poder analizar qu� se pudo moler en este molino, si se tratar�a de alimentos y qu� tipo, as� como si se us� para moler minerales. La pieza alcanza en su conjunto los 80 cent�metros de altura con un di�metro de m�s de 50 cent�metros.
Por motivos de seguridad y conservaci�n, se ha procedido al traslado provisional del hallazgo al Museo Hist�rico de Belmez y del Territorio Minero que ha colaborado en las tareas de conservaci�n.
Aunque falta estudiar detenidamente la cer�mica asociada a los momentos previos y posteriores al molino, Monterroso ha se�alado que �los indicios apuntan a que constituir�a uno de los ejemplos de esta pieza m�s tempranos -si es que no el m�s antiguo- de todos los documentados en la provincia de C�rdoba, situ�ndolo en el siglo V-IV. a.C.�.
El estudio del oppidum ib�rico de Belmez por parte de investigadores de la UCO cuenta con la autorizaci�n de la Delegaci�n de Cultura de la Junta de Andaluc�a y la Confederaci�n Hidrogr�fica del Guadalquivir. Seg�n Monterroso, se trata de un yacimiento ��nico y excepcional que viene a colmar este vac�o, y que muestra una vez m�s que, en el Norte de la provincia, lo �nico que hace falta es investigaci�n y financiaci�n�.
Esta actividad de excavaci�n se enmarca en el proyecto Ager Mellariensis financiado con fondos Feder por el Programa de I+D+� orientada a retos para la Sociedad 2016 del Ministerio de Econom�a, Industria y Competitividad.