Específicamente, en palabras de uno de los investigadores participantes, Raúl Tapias, “la novedad del estudio actual con respecto a los realizados en fases anteriores consiste en la búsqueda de nuevos cultivos para fines energéticos, que no entren en conflicto con cultivos agrícolas, lo que en ocasiones podría generar repercusiones en el precio de los alimentos, y que sean más eficientes y respetuosos con el Medio Ambiente.
Es decir, como ha explicado Manuel Fernández Martínez, uno de los responsables del proyecto, también se pretende que sean cultivos que requieran menos agua y menor cantidad de fertilizantes. En este sentido, las leguminosas son de especial interés, por su capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en el suelo, no directamente aprovechable por la planta, pero sí por las bacterias que viven en simbiosis con ellas en sus raíces. Dicha fijación de nitrógeno supone un ahorro en fertilizante, así como una ventaja en la lucha contra el cambio climático, ya que éste elemento supone un alto coste energético, económico y forma gases contaminantes y de efecto invernadero.
Concretamente, la especie leguminosa en la que se centran actualmente es la Robina pseudoacacia (o llamada también falsa acacia), que es una planta ornamental presente en las calles, así como otras especies no fijadoras como el olmo o el eucalipto.
En definitiva, la finalidad del estudio es buscar energías alternativas a los combustibles fósiles y para ello una de las fuentes principales y con más proyección de crecimiento sería la biomasa. Dentro de ésta, los residuos están más o menos limitados y se aprovechan en la actualidad.
Como explica Raúl Tapias, donde hay una gran potencialidad de crecimiento es en los nuevos cultivos orientados a la producción de biomasa para producir energía y que se pueda transformar, por ejemplo, en electricidad, en centrales más o menos concentradas, y a nivel doméstico para producir calor como en las calefacciones.
Metodología
Este proyecto está basado en investigaciones previas que se han realizado en los últimos 8 años y que han permitido que se haya investigando con distintas especies leguminosas, tanto de Europa como de otras partes del mundo.
Durante las investigaciones se hicieron las mismas comprobaciones, adaptaciones del cultivo a las condiciones de nuestro entorno, posibilidad de transformación de biomasa (tanto pulpa – producción de celulosa – como energético, combustión para producir energía).
Los trabajos se están desarrollando en parcelas experimentales de Huelva, Granada y zonas de interior. Se estudia la producción, la adaptación a las condiciones de cada lugar, la eficiencia en el uso de los recursos del agua, fertilizantes. También se analiza la biomasa y se transforma, por ejemplo, en pellets y se analiza la calidad de éstos para uso doméstico, en cuanto a durabilidad y poder calorífico.
El proyecto denominado “Integración industrial y balance medioambiental y de CO2 de procesos termoquímicos en biorrefinerías de especies forestales de alta productividad y residuos agroindustriales”, concedido en la convocatoria del Plan Nacional, tiene una duración prevista de tres años. Y los investigadores principales son Francisco López Baldovín del subproyecto CTQ2017-85251-C2-1-R y Manuel Fernández Martínez de CTQ2017-85251-C2-2-R.