En sus aspectos etnológicos, el Informe señala que el Carnaval de Cádiz “condensa un amplio y diverso conjunto de manifestaciones de la identidad local, con formas particulares de hablar, declamar y cantar y con componentes de transgresión ritualizada de la normalidad social, de inversión de roles, sátira social y crítica política. Asimismo de sentidas expresiones simbólicas locales, de singular recreación emocional, humorística y relativista de la vida cotidiana, de temas presentes en los medios de comunicación, con intensa vivencia colectiva y participación, protagonismo y apropiación simbólica y física de la ciudad por parte de sus habitantes, tanto en actos institucionales como en múltiples espacios socioculturales gestionados por la propia ciudadanía. Es en gran medida reflejo y, al mismo tiempo factor de recreación, de anhelos y utopías colectivas que son cíclicamente revividas desde las memorias e imaginarios compartidos por parte de una comunidad que, aun dentro de su pluralidad y diversidad, las expresa de manera dialéctica, entre la tradición y el cambio, a través de la activación de profundos canales sensitivos, estéticos y comunicativos”.
Tras relacionar y describir las actividades más significativas y sus expresiones muebles asociadas, concluye subrayando que los ámbitos vinculados al desarrollo de la celebración festiva comprenden la práctica totalidad del casco histórico de Cádiz, soporte físico de las celebraciones carnavalescas callejeras, tanto programadas como espontáneas. Estas celebraciones constituyen, “por encima de otras consideraciones, el bien cultural patrimonial a salvaguardar, reforzando así la legitimidad de las expresiones carnavalescas populares en el espacio público”.
El Informe elaborado desde la UCO da paso a la incoación del expediente para la definitiva incorporación de esta singular fiesta andaluza al Catálogo del Patrimonio Histórico andaluz.