El coordinador general de Salud Ambiental y Alimentaria de la Junta de Andalucía, José Antonio Conejo, ha afirmado hoy en la Universidad de Verano Corduba 2004, dentro del curso "Seguridad Alimentaria: estrategia de gestión del riesgo", que la crisis de las vacas locas "marcó un antes y un después en el tema de la seguridad alimentaria en este país".
Conejo ha indicado que en la crisis de las vacas locas se detectó "una carencia o mala práctica en la comunicación del riesgo", ya que "no se ha sido capaz de informar de manera idónea para evitar situaciones de alarma entre la población". A su juicio, estas carencias estaban relacionadas con "el insuficiente conocimiento científico del agente patológico, el prión". En estos casos es "difícil vehicular la información cuando el tema no está suficientemente claro" y, por tanto, "no se ha podido evaluar convenientemente el riesgo que representa".
A pesar de las últimas crisis alimentarias, Conejo ha asegurado que "el nivel de seguridad alimentaria en España es el más alto que hemos tenido en la historia". Para ello, los científicos han establecido un procedimiento de evaluación normalizado que permite identificar el agente, comprobar los ejectos que produce en la salud humana, evaluar el peligro y comunicar el riesgo.
En definitiva, ha aseverado, se trata de "conocer los efectos sobre la salud de cualquier sustancia, antes de que se convierta en un problema". Este procedimiento de evaluación afecta a cualquier aditivo o coadyuvante tecnológico que se incorpore a cualquier alimento procesado, a fin de "minimizar al máximo los riesgos alimentarios".