El inspector de la delegación provincial de Educación de Córdoba, José Adolfo García, explicó ayer a los alumnos del curso de Educación Infantil que se celebra en Fons Mellaria el motivo por el que considera que "el dictado no es una buena técnica de enseñanza de ortografía". En su opinión, cuando a un niño que escribe mal una palabra se le hace un dictado se está reforzando una imagen incorrecta. Para evitar la fijación de una falta de ortografía García consideró necesario ver previamente escrita la palabra, muchas veces, correctamente.
La única vía para evitar un mal uso del lenguaje, según este experto en el aprendizaje de la lectura y escritura, es fomentar la lectura en la infancia. Aseguró que "se lee poco y a posteriori es muy difícil corregir las faltas porque habría que cambiar la memoria visual de un joven que durante años ha usado incorrectamente el lenguaje". Las faltas de ortografía, como señaló, no son, sin embargo, los únicos trastornos en la escritura sino que "también hay que prestar una especial atención a aquellos niños que tienen dificultades a la hora de escribir", matizó. En este sentido destacó la importancia de no etiquetar los trastornos con palabras como disgrafía para evitar que baje aún más la autoestima del menor y aumente su angustia ante la preocupación de sus progenitores.
En el entorno familiar explicó que sería más fácil afrontar la disgrafía de un hijo si no se plantease como un problema sino como una simple dificultad a la que no se le pone nombre técnico. En estos casos, aseguró que "la colaboración de los padres es clave para que el niño evite el fracaso escolar". Tanto si tiene problemas de escritura, como de lectura sólo podrá superarlos, según aseguró, si un adulto supervisa sus avances y retrocesos.