A continuación se realizó un recorrido por los diferentes enfoques y estrategias diseñados y empleados para intentar hacer frente a un problema tan complejo y multidimensional como es la pobreza. La evolución de las consideraciones en torno a este concepto justifica la evolución de las estrategias diseñadas para tratar de paliarla. En los años 40' se descubre la pobreza a nivel mundial en los primeros Informes del Banco Mundial, identificándola con un bajo nivel de renta per capita, lo que justifica que durante las dos siguientes décadas el crecimiento sea el instrumento utilizado para luchar contra la pobreza, abordada ésta desde una dimensión económica. La consideración y el protagonismo de otras dimensiones de la pobreza (salud, nutrición, educación, libertad, seguridad, autoestima, igualdad, sostenibilidad...), implica la necesidad de recurrir a otros enfoques y estrategias para afrontarla. De entre dichos enfoques, se ha prestado especial atención en este Seminario al Desarrollo Humano multidimensional. El Desarrollo Humano es un proceso que trata de ofrecer a las personas más oportunidades y que pone énfasis en la libertad del ser humano para tener salud, educación y disfrutar de unas condiciones de vida dignas. Se ocupa de cómo vive el ser humano en cada sociedad y cuáles son las libertades básicas de las que disfruta. En definitiva, sitúa a las personas en el centro del desarrollo, lo que es mucho más que un ejercicio intelectual, académico o investigador.
Para concluir, se plantearon algunos de los desafíos para lograr lo que podría calificarse como “auténtico” desarrollo, entre los que destacan la defensa de la dignidad de la persona, la defensa de las libertades básicas, el amplio margen para políticas que promuevan la equidad, la necesidad de analizar en profundidad la aparente falta de correlación entre crecimiento económico y los avances en salud y educación o la necesidad de aumentar el conocimiento sobre desigualdad, vulnerabilidad, sostenibilidad y cambio climático. La ponente destacó la conexión del desarrollo sostenible con lo cristiano, fundamentalmente en el contexto de los principios sociales, así como la importancia de la perspectiva cristiana para impulsar un desarrollo que cree una sociedad justa, que promueva la solidaridad y la fraternidad humana y la búsqueda sincera de la verdad.