Jueves, 28 de Noviembre de 2013 18:36

Pérez Yruela reivindica el Estado del Bienestar en el Ciclo del Aula de Religión y Humanismo

GC
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De izq a dcha, Maria Dolores Muñoz, Manuel Pérez Yruela y Manuel Torralbo De izq a dcha, Maria Dolores Muñoz, Manuel Pérez Yruela y Manuel Torralbo GC

El  análisis de la situación y de las perspectivas del Estado de Bienestar en Europa en la crisis actual, haciendo un recorrido por las diversas etapas por las que ha pasado desde sus inicios en los años 40,  ha centrado la intervención del profesor investigador del CSIC Manuel Pérez Yruela en el ciclo  " La memoria de Europa en un mundo global" que desarrolla, en la Facultad de Filosofía y Letras, el Aula de Religión y Humanismo de la Universidad de Córdoba. quien además puso de relieve los elementos subyacentes a ese proceso que han llevado a la situación de hoy en día. Con ello quiso también conectar con el slogan del ciclo " Pensar la identidad europea en el siglo XXI”, y traer al presente parte de esa memoria.

Para Pérez Yruela las contradicciones que se dan entre los diversos elementos que están en el origen del Estado de Bienestar en Europa podían hacer suponer que iba a ser un edificio con tendencia a la inestabilidad. En ese origen están cosas tan distintas como la tradición cristiana de preocupación por la pobreza, los movimientos sociales obreros y los partidos de izquierda que canalizaron sus demandas, la tradición alemana sobre el Estado Social para corregir las disfunciones de la economía de mercado competitiva, y la idea de ciudadanía social y derechos sociales como tercer nivel tras los derechos civiles y políticos.

La experiencia de la II Guerra Mundial ayudó a que esas fuerzas acabaran aceptando el modelo de bienestar al que se ha llamado modelo social europeo. Por ello, argumentó, el Estado el Bienestar (EB) en Europa es, a la postre, un equilibrio entre distintas cosmovisiones ideológicas y políticas cuyo centro de gravedad se desplaza alternativamente hacía una u otra en función de la coyuntura social, política y económica. Esta pluralidad de cosmovisiones se ha acabado concentrando en dos: la liberal/conservadoray la  izquierda reformista. El liberalismo conservador siempre miró con recelo el Estado del Bienestar, y ya desde los años cuarenta se organizó en la Sociedad MontPelerin, creada en Suiza en 1947, para expandir el credo liberal que se acabó aplicando desde mediados de los setenta del siglo pasado. Primero en Chile bajo la dictadura de Pinochet y luego en Inglaterra y Estados Unidos con M. Thatcher y R. Reagan.

Para Pérez Yruela el EB tuvo una etapa dorada entre 1945-1975, bajo ciertas condiciones socioeconómicas: crecimiento económico sostenido por la reconstrucción de Europa, economía fordista de producción en masa, movilidad social asociada al trabajo, sindicalismo sólido, modelo de familia tradicional, cotizaciones sociales y modelos de protección universales y/o contributivos. Y se concretó en Europa en tres modelos: continental, anglosajón y nórdico. El modelo mediterráneo vendría más tarde.

La primera crisis del EB fue la producida por la crisis del petróleo en 1972/73. El análisis de esta crisis, que obligó a los primeros recortes en el EB,  alumbró la idea de que la recesión económica de aquellos años podría conducir a otras tres interconectadas. La crisis fiscal, según la cual el Estado no podría hacer frente a los gastos sociales por la caída de los impuestos debido a la crisis económica. La crisis de legitimidad del Estado: los ciudadanos pierden la confianza en él y aumenta la desafección política cuando no puede satisfacer las demandas ciudadanas. Y como consecuencia una crisis social: menos crecimiento, menos recursos, demandas crecientes, conflicto sobre la asignación de recursos, y carencia de mecanismos sociales para resolver el dilema de su asignación.

Pese a estas previsiones, el EB en Europa salió relativamente ileso de esta crisis, incluso en países como Inglaterra donde se trató de desmantelar. Esto se ha explicado por las dificultades políticas para desmontar algo que tenía un fuerte apoyo de la ciudadanía, con lo que ningún partido quería enfrentarse por miedo a perder las elecciones. Pero esto hubiera sido insuficiente si no hubiera concurrido también otra causa: la financiarización de la economía, que se entiende como la  tendencia creciente a que los beneficios procedan más de los mercados financieros que de la producción y el consumo. El protagonismo de los mercados financieros y las políticas económicas de liberalización de los mismos, permisividad hacia las actividades financieras incluso de mucho riesgo y tipos de interés muy bajos, facilitó el acceso al crédito al sector público y a los hogares. Esto permitió que el consumo público y privado fuera el dique que retrasó la llegada de aquellas tres crisis, que se han acabado produciendo ahora con la actual.

El conferenciante analizó cómo debido a la crisis fiscal actual, el EB está siendo sometido a fuertes recortes en la mayoría de los países europeos en salud y pensiones, las dos partidas más importantes del gasto social. Se han introducido los copagos, se han endurecido las condiciones de acceso a ciertos servicios y se han suprimido otros; se está privatizando la prestación de servicios creyendo erróneamente que eso puede hacerlos menos costosos; se están recortando las pensiones, se está alargando la edad de jubilación y se están endureciendo para acceder a una pensión. También se recorta en otras partidas como atención a la familia y a la infancia, exclusión social, dependientes  etc.... Todo ello pudo verse en la evolución del gasto social presentada durante la conferencia en un apartado sobre el EB en cifras. Para Pérez Yuruela la desafección política, la crisis de legitimidad, es alarmante y la crisis social se expresa por doquier aunque aún la conflictividad social no sea muy alta.

Como consecuencia, puso de relieve, " la ciudadanía en parte por su experiencia directa y en parte por  la presión de los mensajes interesados en deslegitimar el EB por ineficiente y desactivador de la responsabilidad personal, empieza a manifestar dudas y críticas sobre ciertos aspectos de modelo. En especial, los relacionados con supuestos abusos del sistema por parte de ciudadanos irresponsables con los bienes colectivos".  

En conclusión, para el conferenciante:   

•    El Estado de bienestar no puede escapar de la economía
•    El EB no puede atender expectativas ilimitadas ni se puede hacer un uso de él desde esa posición como usuarios
•    Corresponde a la política decidir sobre la asignación de recursos económicos
•    La economía ha escapado de la política y desde fuera impone condiciones a la política
•    Esto sólo se puede contrarrestar con más globalización de la política
•    La crisis es la excusa para expandir el programa neoliberal
•    En este contexto el EB está seriamente amenazado
•    El EB está muy arraigado entre los europeos. Su desmantelamiento encontrará resistencia social.
•    El EB puede y debe ser sostenible. Depende de los ciudadanos

No obstante lo anterior, concluyó, "no debemos olvidar que, aunque hablemos sobre el Estado de Bienestar en tiempos de  crisis, el modelo social europeo ha sido una isla de paz, civilización, respeto a los derechos humanos y bienestar, que no ha tenido parangón en ningún otro lugar. Un modelo al que muchos ciudadanos de otros lugares miran con respeto y admiración. No deberíamos ser nosotros, los europeos, los que lo dejáramos languidecer." 

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