NOTICIAS ACERCA DE HERNANDO DE HERRERA, Y CARÁCTER DE SUS POESÍAS
Consta que Hernando de Herrera fue
Clérigo,
y que tuvo por patria la Ciudad de Sevilla; pero no nos ha quedado memoria del año de su nacimiento, de sus padres, de sus progresos en la carrera eclesiástica, ni del lugar y año de su muerte. Sin embargopuede asegurarse francamente que nació a principios del siglo
XVI,
y que llegó a viejo. Fue muy aplicado al
estudio
de la filosofía moral, Matemáticas, Geografía antigua y moderna, y a las lenguas Griega, Latina y Toscana, según se infiere de sus escritos, y de las frecuentes anotaciones que puso de su puño al margen de los muchos y excelentes
libros
que poseía. Escribió gran número de
Epigramas
Latinos
de muy buen
gusto,
según lo afirma Francisco
Rioja,
bien que se
ignora
el paradero. Compuso varias obras de prosa y verso en
Castellano,
de las cuales se
publicaron
algunas, y otras se han extraviado. Las publicadas en
prosa
son:
la Relación de la guerra de Chipre, y sucesos del combate naval de Lepanto; las Anotaciones a las Poesías de Garcilaso, y la vida y muerte del Canciller de Inglaterra Tomás Moro;
y las que no han parecido, se reducen a la
Batalla de Lepanto,
es a saber, a la misma
Relación
reformada y aumentada, y a la
Historia general de España
hasta el reinado de Carlos V, pérdida muy sensible si se atiende al
superior
ingenio del Autor, y tal vez no reparada enteramente por los demás Historiadores de la Nación. De las obras en
verso,
lo que nos queda, y salió a luz es una Colección de
Poesías líricas
que hizo Francisco Pacheco,
célebre
Pintor Sevillano, y grande
amigo
del Poeta; sobre lo cual se explica Henrique
Duarte
en cierto escrito dedicado a la memoria de Hernando de Herrera en los términos siguientes:
"Y es cierto que su memoria hubiera quedado sepultada en perpetuo olvido, si Francisco Pacheco, célebre Pintor de nuestra Ciudad, y afectuoso imitador de sus escritos, no hubiera recogido con particular diligencia y cuidado algunos cuadernos y borradores que escaparon del
naufragio
en que pocos días después de su muerte perecieron todas sus obras poéticas, que él tenía corregidas de última mano, y encuadernadas para darlas a la Imprenta. Dejo en silencio la culpa de esta pérdida, porque soy enemigo de sacar en público ajenas culpas, y juzgo por
merecedor
de gran premio al que con tantas veras ha procurado restaurarla, hurtando muchas horas de su más forzosa y precisa ocupación; porque no solo copió una y dos veces de su mano lo que ahora nos ofrece, pero cumplió lo que faltaba, de otros papeles sueltos, que habían venido a manos de diferentes personas, de quien los hubo; y aunque todo ello sea del mismo Autor, es cosa cierta, que lo que él tenía escogido y perficionado para sacar a luz sería de mayor y de más acabada
perfección.
Las Poesías que se han perdido son las siguientes: la Batalla de los Gigantes; el Rapto de Proserpina; el Amadís; los Amores de Lausino y Corona,
"
muchas Églogas, y otras varias composiciones
Con qué ardor se dedicó a la
lectura
de los Poetas antiguos, lo dice el mismo
Herrera
en el Prólogo que formó el dicho Henrique Duarte de algunas cláusulas sueltas, que se encontraron en los papeles de nuestro Autor, con las cuales parece cabalmente que se propuso componer el Prólogo de sus Poesías. Dice pues:
"Y si he de decir verdad, no ha tenido pequeña parte en mi determinación el amor que es tan natural en todos los que escriben, de querer ver sus obras en alguna estimación y cuenta. Conozco de mí que no
merezco
esperar memoria en la edad venidera, que fuera demasiada soberbia esperarla, pero si por estudio y trabajo, y por
admiración
de los antiguos se debe alguna, bien podía merecerla.
"
En efecto no solo hizo estudio de la nobleza y gracia de la Poesía Toscana, sino que fue el
primero
que trasladó a la Castellana el entusiasmo y
grandeza
de la Hebrea, Griega y Latina; y sin contentarse con la mera imitación de las partes supo
animar
con el mismo espíritu sus producciones. Los inteligentes encontrarán en las Poesías de Herrera una gran fuerza de
imaginación
y muchos afectos. Es
fuerte
y sublime en las imágenes, no solo cuando canta
batallas
y victorias, sino también en sus Elegías
amorosas;
lo que produce un feliz contraste de coloridos. Resplandece la Filosofía moral en sus escritos: reina en ellos el
amor
de la patria en tal grado, que se descubre frecuentemente aun en medio de los pensamientos y afectos amorosos: y portanto se ven allí representadas las más importantes revoluciones de esta Monarquía que acaecieron en aquellos tiempos; esto es, en los de su maravillosa
grandeza.
La
locución
de nuestro Poeta es de cuando en cuando suave, pero grave por lo común y nerviosa, habiendo sido también el
primero
que levantó el lenguaje Poético Castellano con el uso de voces antiguas llenas de expresión y de armonía, y con el manejo de la trasposición de las palabras según lo han practicado los célebres Escritores de Italia en la Poesía Latina y Toscana. Adornado de tan singulares prendas, y de tanto mérito triunfó de la
envidia,
de la cual se vieron y se verán siempre perseguidos los hombres grandes, y se granjeó durante su vida el título de divino por el sentir
unánime
de la Nación; pero después de su fallecimiento no faltó, según queda ya dicho, quien intentase extinguir su fama, y privar a la patria del fruto y del honor de tan
preciosos
trabajos: y por más que nos haya libertado en parte de un daño tan grave la loable diligencia de Francisco Pacheco, no por eso es corta la pérdida del manuscrito que de última mano estaba ya destinado para la prensa, y que he echado ciertamente menos al traducir alguna de sus composiciones. Con todo eso he puesto al mismo tiempo todo mi esmero en aclarar con la
traducción
aquellos pasajes que quedaron obscuros o viciados por la envidia y malignidad: a lo cual me movió no solo la consideración de ser esta una de las obligaciones del Traductor, sino también el vivo deseo de dar a conocer por la primera vez a las demás Naciones uno de los Escritores más
sublimes
de que puede gloriarse la Poesía
Lírica.