JOAN DE MALARA
Joan de Malara tuvo en Sevilla, su patria, célebre
escuela
y estudio de gramática y humanidad, adonde por aquel tiempo no solo acudían sevillanos, sino de todo el arzobispado, porque, aunque en el colegio y escuelas de San Miguel de la santa Iglesia tiene y ha tenido siempre cátedra de humanidades y latinidad y en esta cátedra ha habido varones muy doctos en todos tiempos, la grandeza de la ciudad ha obligado a buscar otros maestros, o por avivar la competencia o para mayor comodidad de poder ser enseñados los discípulos. De estos tuvo Joan de Malara grandes
personajes,
que después regentaron cátedras no solo de varias facultades, sino de humanidad y latinidad, de los cuales fueron el maestro Francisco de
Medina,
que fue secretario del ilustrísimo cardenal y arzobispo de Sevilla don Rodrigo de Castro, Diego Girón, Francisco de Ribera y otros hombres muy doctos.
Usaban en aquel tiempo por España representar comedias en prosa, y yo tuve un libro de ellas que imprimió Lope de Rueda; mas Joan de Malara, por imitar a los
antiguos
poetas cómicos, hizo la primera
comedia
que se representó en España en verso toda, acomodando los personajes de ella y sus nombres a que, debajo de la figura que representaba, se entendiese o alguna virtud o lo contrario, algún vicio, para que no quedase la comedia en términos solos de una fábula, sino que aquello mismo tuviese
oculto
misterio
moral
o
divino,
como hizo Homero en aquella celebradísima
Ilíada
y
Odisea.
Esta comedia la representaron estudiantes en el convento de Nuestra Señora de Consolación en Utrera, de quien Joan de Malara fue muy devoto, y yo tuve mucho tiempo el
original
de esta comedia entre mis libros.
Compuso
muchos
poemas
y epigramas latinos, que no sé si se imprimieron. Solos
quedaron
los que se hallan en el libro que compuso de la entrada del rey don Felipe II en Sevilla, año de 1570. También sacó a luz un libro de
proverbios
y refranes, a imitación del comendador griego Fernán Núñez
Pinciano.
Estando en Salamanca cuando
mozo,
fue tan
estudioso
y aficionado al arte retórica, que, oyendo decir que en Barcelona leía retórica Francisco
Escobar,
fue allá a comunicarle y, habiendo este escrito un libro cuyo título era In
Aphtonis Sophistae pro gymnasmata
Scholia,
lo
sacó
a luz a sus
expensas.
Véase la
Biblioteca Hispánica
de Andrés
Escoto,
pág. 456.
No dudo que hombre tan
docto
como Joan de Malara
escribió
otras muchas obras en
verso
y
prosa,
las cuales la poca atención de sus herederos o el tiempo nos las han envidiado. Esto me da a sospechar lo que Fernando de
Herrera
dice en la elegía 6ª, que comienza así:
En tanto que, Malara, el fiero Marte
y el no vencido pecho del tebano
ensalzas
por do el sol su luz reparte.
Está esta elegía en lo que sacó a luz Francisco Pacheco, en la página 65.