EL NOBLE
CABALLERO
PEDRO MESSÍA
Veinticuatro de Sevilla,
coronista
del emperador Carlos V
No se desdeñaron los antiguos caballeros sevillanos, que, limpiándose el sudor de Marte y dejada de la mano la lanza, vencidos ya y expelidos los bárbaros mahometanos del reino de Granada, tomar la
pluma
y, como antes ocupados en el estruendo
militar,
ahora consagrarla al amable
ocio
de las Musas. Hallo, desde los fines de los dichosos tiempos de los Reyes Católicos y sucesivos a los del emperador Carlos V, muchos caballeros sevillanos que verdaderamente se dieron al
estudio
de las letras; y, si no todos escribieron, a lo menos dejaron de sí ilustre memoria y
ejemplo
a los por venir. De estos fue el
ilustre
caballero Pedro Mexía o Messía, que de ambas maneras lo hallo escrito, pero tengo por mejor seguir el estilo antiguo que fue Mexía.
Nació como digo en esta ciudad al principio del año MD de la natividad de nuestro Señor Jesucristo, y en esta edad había en Sevilla varones muy doctos y se enseñaban buenas letras y artes en todas las ciencias. En especial, hubo muchos maestros que insignemente enseñaron las lenguas griega y latina y tuvieron discípulos, como veremos, que se hicieron lugar no solo en España, sino en otras provincias de Europa. Ambas
lenguas
aprendió Pedro Mexía siendo
mozo
y con más afición y cuidado. No obstante que era
veinticuatro
de esta ciudad, se dio al
estudio
de las matemáticas e historia, y en ambas salió muy consumado caballero y maestro de tal manera, que en aquella edad lo consultaban los pilotos y mareantes que, recién descubiertas las Indias de Occidente, se atrevían a vencer el inmenso Océano, que las tenía tanto tiempo escondidas e ignoradas de todos, y no se desdeñaba de enseñarlos la cosmografía y la hidrografía, para que en tan difíciles viajes no se perdiesen.
Extendiose
el nombre de este caballero por toda Europa y le escribieron de varias provincias los varones más doctos de aquella edad, entre los cuales fueron Joan Ginés de
Sepúlveda
y Erasmo Roterodamo, el cual juntamente le remitió una copia de su retrato de mano de un excelente pintor, y esta copia
vi
yo en esta ciudad, en la librería de Joan de Torres Alarcón, bien conocido en ella por los libros que juntó, con otras muchas curiosidades y antiguos manuscritos.
Había Pedro Mexía adivinado, por la posición de los astros de su nacimiento, que había de morir de un sereno, y andaba siempre abrigado con uno y dos bonetes en la cabeza, debajo de la gorra que entonces se usaba, por lo cual le llamaban
Siete bonetes,
"«sed non augurio potuit depellere»"
porque, estando una noche en su aposento, sucedió a deshora un ruido grande en una casa vecina y, saliendo sin prevención a1 sereno, se le ocasionó 1a muerte, siendo de no muy
madura
edad.
No le embarazó el
regimiento
de tan gran ciudad, ni las cuotidianas ocupaciones de la veinticuatría, para que continuase los
estudios
a los que era inclinado, ni para que dejase de cumplir, como
caballero
cristiano, con el regimiento de su patria y, como estudioso, para aprovechar a la posteridad con lo que
escribió,
que fue lo siguiente:
La
vida
de los
Césares,
desde Julio César hasta Carlos V,
Silva de varia lección,
Diálogos de los elementos que los físicos llaman meteorológicos
e, imitando al discretísimo africano Lucio
Apuleyo,
escribió las
Alabanzas
del Asno
con estilo
gracioso
y
entretenido.
Todo esto fue tan
aplaudido
en el orbe cristiano que se
imprimió
en todas las lenguas de España, Francia, Alemania, Ingalaterra y otras vulgares. Comenzó a escribir la
Historia
de
Carlos
V,
y tenía ya gran parte de ella trabajada para
sacarla
a la luz, cuando murió.
Sacola
otro historiador en estos tiempos a la letra, sin tomar en la boca el dueño verdadero, y esto constó por ser así, porque los mismos originales permanecían en poder de un hombre docto y muy conocido.
Alabando
su estilo, Andrés
Escoto
dice:
"«lnstar anmis labentis in historia fluit, fidelis ac valde circunspectus et quodammodo ut de Messala Fabius refert praese ferens in dicendo nobilitatem»."
Enviole a su casa el
Emperador
el título de
coronista
o por
honrar
sus canas o por honrar los que en adelante le tuviesen, con tan calificado ejemplar.
Está su cuerpo enterrado en la capilla mayor de la iglesia parroquial de Santa Marina, y su piedra sepulcral tiene esto escrito:
D.S.
PETRO. MESSIAE. PATRICIO HISPALEN.
EX. ORD. XXIV. CIVITATIS PROCER AN.
LII. ET DON. ANNAE MEDINAE ET OSORIO
PATRICIAE. ANNOR. LXII. [5]
FRANCISCVS.
MESSIA. PARENTIB. PIISS.
AC. DESIDERATISS. ET XI. EX. EODEM.
CONIVGIO. FRATIB. VNICVS. SVPERSTES.
MOER. POS.
EXCESSERE. VITA. VIII. ID. IANVAR. M.I.Ɔ [10]
LII. VXOR. XVI. KAL. SEXTIL. M.T.Ɔ.LXII.
SIT. GLORIA. DEFVNCTIS.
HOC LATET EXIGVO PETRVS MESSIA SEPVLCRO
GRATVS CAESARIBVS, REGIBVS ET POPVLO.
QVI CAVSAS VERVM FELIX COGNOVIT, ET OMNES [15]
INGENI ADIVTVS DEXTERITATE SVI
ET QVI CAESAREOS SVMMA CVM LAVDE TRIVMPHOS
EDIDERAT, CLARA NOBILITATE POTENS.
QVI CVRAS ANIMO VICIT FORTISQVE FVGACES
RISIT, ET AETERNAS CONCILIAVIT OPES. [20]