Información sobre el texto

Título del texto editado:
Epístola a Montemayor
Autor del texto editado:
Iranzo, Juan
Título de la obra:
“Una epístola olvidada de Juan Iranzo, poeta Sevillano, contra Jorge de Montemayor”, en A zaga de tu huella: homenaje al profesor Cristóbal Cuevas, vol. 1, pp. 123-136
Autor de la obra:
Juan Montero Delgado
Edición:
Málaga: Asociación para el Estudio, Difusión e Investigación de la Lengua y Literatura Españolas, 2005


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Epístola a Montemayor

Señor Montemayor, esotro día,
antes de venir vos, vino a mi mano
un libro que por vuestro se vendía.

A do cumplistes como buen cristiano
lo que dijo san Juan de vuestro nombre, [5]
pues de monte os tornastes valle y llano.

Primero, con la fama y el renombre,
aguardaba una obra prima y lisa,
mayor, Montemayor; que el sobrenombre.

Después cumplió el refrán que Horacio avisa [10]
diciendo: “Parirá el monte preñado
y nascerá un ratón que cause risa”.

Fue entonces vuestro libro bien librado
solo por estar vos, señor, ausente,
en cuyo amparo él fuese amparado. [15]

Desque vide que estáis, señor, presente,
quise escribir en suma lo que siento,
o al menos lo que menos se consiente.

Musas del sacro monte, dadme aliento
contra las deste monte, que yo os juro [20]
que piensan de hurtar vuestro ornamento.

De la suerte que el ángel triste obscuro
por engañarnos transformarse suele
en un ángel de luz glorioso y puro,

es vuestro libro tal que me compele [25]
a que yo le condene y le dé pena,
y si juzgare mal, dezí que apele;

que oxalá fuera tan perfecta y buena
la sentençia que trata, que sigura
fuera de la que agora le condena. [30]

Porque ella va sin orden, tosca, obscura,
y venido a mirar qué es el concepto,
sería menos mal a ser locura.

Dijistes que en saliendo el sol perfecto;
¿cuál imperfeto hay? Tampoco es bueno [35]
si acaso lo ponéis por epíteto.

Tenéis también, señor, el libro lleno
de vocablos latinos, que aquí enseño:
adjutorio, amicicia, audacia y pleno.

Hay verso del tamaño o más que un leño, [40]
que no miraréis vos de que se cobre
de allí para complir otro pequeño.

Pudiera yo decir: “No es bien que sobre
y se pierda el valor de aqueste ungüento,
que mucho mejor fuera darlo al pobre”. [45]

Impropiedades hay de ciento en ciento,
do se cometen vicios nunca oídos;
pues ya los asonantes son sin cuento.

Los bordones usados, conoscidos,
a lo menos el muy, que este es tan vuestro [50]
que un verso tiene dos dellos asidos.

No os enojéis, señor, si en esto os muestro,
porque vos no sabéis en esto tanto
que no hayáis menester algún maestro.

Dirá vuestro cabildo (y no me espanto) [55]
que sabéis más que yo, porque ante Mida
el dios Pan excedía a Apolo en canto.

Mas dejando esa gente, que es perdida,
toquemos en la glosa que hecistes
del Alma, do la vuestra fue adormida. [60]

No os espantéis que diga que os dormistes,
que así Dios os dé vida, honra y fama
que debistes soñar lo que escrebistes.

Ved que para venir a decir dama
os trajo fatigado el consonante [65]
hasta que os acostastes en la cama.

De las farsas no digo, que un farsante
licencia tiene para aquello y esto,
y aun para dezir vos al Rey delante

Ya me pareçe que os contemplo el gesto [70]
y os veo estar taxcando con la boca,
montés jabalí en estrecho puesto,

que si la aguda lanza bien le toca,
tras del diestro jinete que la tira
arremete con furia brava y loca. [75]

Aquí mi carta acabe y vuestra ira,
porque si me llamáis a desafío,
no pierdo aunque no salga, si se mira.

Y si acaso en aquesta que os envío
os parece que voy desvariado, [80]
no os espantéis, señor, si desvarío,
pues tantos de los vuestros he contado.






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera