El principio de no-contradicción en la argumentación escéptica: implicaciones y consecuencias
Ignacio Pajón Leyra
Universidad Complutense de Madrid
Córdoba, 11 de marzo de 2011
En el funcionamiento interno de la filosofía escéptica, una de las nociones que desempeña un papel más importante es, sin lugar a dudas, la noción de contradicción. La presencia de esta noción en el trasfondo de la concepción filosófica escéptica es evidente desde el momento en que sus argumentos se basan en el mecanismo de enfrentar afirmaciones de signo contrario. La manera de proceder escéptica en el transcurso de sus argumentaciones, como es sabido, se basa en poner en oposición apariencias con apariencias, pensamientos con pensamientos, o uno de ellos con el otro (HP, I, 31). Y al producirse de este modo el equilibrio entre ambos polos de la oposición, la elección racional queda imposibilitada, con lo que el argumento escéptico alcanza su objetivo de conducir a la suspensión del juicio. Esto supone que los argumentos contrapuestos que el escéptico construye a partir de las apariencias o consideraciones teóricas sólo se anularían entre sí –y por tanto sólo sumirían al escéptico o a su interlocutor en la epochḗ– si la elección entre ellos se muestra imposible por el equilibrio de su capacidad de persuasión y al tiempo resultan inasumibles de manera simultánea.
Esta estructura argumetativa nos induce a pensar que la noción de contradicción presente en la filosofía escéptica conlleva la vigencia de alguna de las formulaciones del principio de no-contradicción. Sin embargo, la asunción de un principio lógico-ontológico como este supera claramente los límites del ámbito de lo manifiesto, que la corriente pirrónica se ha marcado como único espacio de su actividad filosófica. De este modo, un análisis de las impicaciones de la presencia del principio de no-contradicción en los argumentos escépticos se nos muestra como irrenunciable a la hora de determinar la coherencia de la posición pirrónica en pleno.
Para llevar a cabo dicho análisis consideramos que será necesario contemplar el ejemplo de argumentación escéptica que supone el Esbozo del pirronismo de Sexto Empírico a la luz del tratamiento del principio de no-contradicción que Aristóteles lleva a cabo en la Metafísica, en especial en 1005 b 35 - 1009 a 5. Por el camino, además, este análisis podrá sernos de utilidad en la tarea paralela de determinar la posible influencia de posturas de corte escéptico en la conformación de las posiciones que Aristóteles atribuye a "los negadores del principio de no-contradicción", y cotejar los supuestos de esta clase de posturas con los de los filósofos que con más frecuencia se han tenido en cuenta como candidatos a ser estos "negadores" (Heráclito, Anaxágoras, Protágoras, la escuela de Megara, etc.).
Por otra parte, todo este proceso de análisis del empleo de la contradicción en la filosofía escéptica deberá tener como consecuencia la exposición de la estructura oculta del argumento pirrónico clásico. Una vez explicitadas las premisas de este argumento que estén relacionadas con el principio de no-contradicción, será posible determinar la hipotética presencia de implicaciones difícilmente compatibles con el escepticismo tal y como la escuela escéptica pirrónica lo concibe.