Que la IA ya está entre nosotros es un hecho. Su implementación está transformando diversos sectores de la sociedad y, si se usa correctamente, puede impulsar avances y optimizar algunas tareas clave en ámbitos como la salud, la seguridad financiera, o el mantenimiento de equipos mediante la automatización y análisis predictivo. Sin embargo, su llegada sin control ha puesto patas arriba algunos sectores, y su impacto plantea desafíos y problemas éticos que no podemos ignorar, por ejemplo, a nivel social y educativo.
De este tema tan importante habla el Prof. Antonio Jesús Tinedo Rodríguez, de la Universidad de Córdoba, en su entrevista en el magazín de televisión Málaga TeVé. Las palabras de Tinedo invitan a la reflexión acerca del polémico uso de la IA en el contexto de la educación superior y como herramienta para realizar traducciones automáticas. Bajo estas líneas encontraréis su entrevista completa:
A continuación, me gustaría destacar algunos de los puntos “candentes” de esta entrevista y sobre los que merece la pena detenernos a reflexionar.
1) Deshumanización del proceso educativo
En el ámbito educativo, el uso excesivo de la IA puede generar una dependencia tecnológica que acabe limitando el desarrollo de habilidades cognitivas esenciales para el estudiante, como el pensamiento crítico y la capacidad de resolución de problemas. Además, los sistemas de aprendizaje automatizados carecen de la empatía y el juicio humano necesario para comprender las complejidades emocionales y sociales intrínsecas del proceso de aprendizaje. También existe el riesgo de deshumanizar la educación, reduciendo el papel de los docentes a meros supervisores tecnológicos y afectando al desarrollo de relaciones interpersonales que son clave en el proceso educativo. Este es uno de los temas esenciales de la entrevista, y en este sentido, Antonio Tinedo subraya los aspectos socioemocionales y las consecuencias psicológicas que este tipo de intervención puede tener en los niños y jóvenes: “El ser humano se caracteriza por el lenguaje y, si le quitamos esa interacción, estamos afectando a su desarrollo”.
2) Responsabilidad en el proceso enseñanza-aprendizaje
Otra de las cuestiones que se plantea es si el estudiantado hará un uso ético de la IA o si, de lo contrario, se aprovechará de esta herramienta para realizar tareas dando prioridad a la inmediatez y comodidad, despreocupándose de la calidad de los resultados obtenidos y de su propio proceso de aprendizaje. Aunque el Prof. Tinedo recalca que en la universidad contamos con un estudiantado muy comprometido y consciente de las consecuencias negativas que la IA puede tener en su formación y en su futuro profesional, recuerda que es importante enseñar a distinguir entre el “uso, abuso y mal uso”. Por tanto, es importante aclarar ideas en el aula, para que los futuros lingüistas, filólogos y traductores estén preparados para usar las tecnologías de forma respetuosa.
3) Cuestiones éticas
Las asociaciones y profesionales de las lenguas han mostrado desde hace tiempo su preocupación por el uso inadecuado de la IA y las malas prácticas que conlleva. La Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual (ATRAE) es clara: “no hay forma ética de usarla“. ¿Y esto por qué? Porque la IA (y también la traducción automática) se alimentan de textos de forma ilegítima e infringiendo el copyright.
4) Aspecto laboral
ATRAE ya ha advertido que, con el uso de la IA, algunos proyectos de traducción audiovisual terminen “a subasta“, con clientes que ofrecen tarifas inadmisibles y condiciones laborales precarias. Según Tinedo, como consecuencia se están destruyendo empleos asociados a la clase media: “Estamos precarizando una sociedad precarizada”. Hay una importante falta de educación entre los consumidores de contenido audiovisual, que no es consciente de que esta mala práctica destruye la esencia de lo humano. Merece la pena extraer estas palabras de la entrevista acerca de la importancia de la traducción audiovisual: “Debemos mucho al sector de la TAV, porque fue un sector que nos salvó en la pandemia la cultura y el entretenimiento fueron un flotador y ahora se han precarizado por traducciones automáticas”.
5) Traducción automatizada
En el campo de la traducción en particular, la IA y la traducción automática han avanzado notablemente, pero siguen presentando (y siempre presentarán) limitaciones. Se producen traducciones de ínfima calidad: planas, mediocres y sin fluidez lingüística. Las traducciones generadas por una máquina carecen de precisión cultural y contexto, lo que puede generar malentendidos y errores graves, especialmente en textos que requieren un alto grado de matiz y sensibilidad cultural. A este respecto, el Prof. Tinedo añade que dichas traducciones también reproducen sin criterio alguno los sesgos humanos, es decir, hacen uso de marcas y formas de escribir personales, e incluso errores textuales. Esta “normalización” de la mediocridad pone en peligro la calidad de la formación en lenguas y traducción, pues puede acabar trasladándose al aula. Por último, el docente aprovecha para poner en valor la autonomía y la creatividad, para nunca perder también las sutilezas y riqueza cultural que hace de cada texto audiovisual una forma de arte.
Si quieres saber la opinión de otros profesionales de la TAV acerca de este tema, te recomiendo que entrevista a Javier Pérez Alarcón realizó para TradAV hace unos meses y que está disponible en nuestro canal de YouTube.
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