GRUPO INTERDISCIPLINAR HISTORIA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA
Responsable del proyecto de transferencia e-Scribano: Antonio J. Díaz
Este grupo transfiere resultados de investigación histórica y, en concreto, se ocupa de la digitalización del patrimonio documental entre los siglos XV y XVIII, así como de la aplicación del conocimiento extraído. Disponen de un equipamiento puntero en España para desarrollar su trabajo y son especialistas en asesoramiento histórico y paleografía, lo que les ha llevado a que empresas y organismos públicos recurran a ellos para lograr sus objetivos.
¿En qué sector desarrolla su equipo la transferencia?
Estamos especializados en la investigación histórica, pero la actividad de transferencia la enfocamos fundamentalmente al patrimonio documental. Desarrollamos un proyecto de tratamiento de la documentación histórica entre los siglos XV y XVIII, periodo en el que España es especialmente rica, tanto cuantitativa como cualitativamente, es decir, por la información que contienen. Nuestra misión es conservar esa documentación de forma digital y realizar una valoración de la misma, que explotamos no sólo como fuente de información para los resultados de nuestra investigación, sino también para transferir y divulgar.
Por ejemplo, con documentación histórica generamos conocimiento en torno a un sector productivo como el vitivinícola en la provincia de Córdoba. Podemos hacerlo también con el olivar o el regadío. Hemos localizado, explotado y valorizado documentación en torno al vino durante los siglos XV y XVII. Esos resultados pueden transformarse en retroinnovación (recuperación de cultivares, técnicas tradicionales, usos de la tierra en policultivo o agricultura promiscua, etc.), en valor histórico añadido a productos, servicios y marcas (yeguadas, bodegas, lagares, pagos, almazaras…) o en estudios sobre patrimonio agrícola y reconstrucción histórica del paisaje que generan riqueza de manera indirecta. Los reconocimientos internacionales SIPAM son un buen ejemplo.
¿Desde cuándo hacen transferencia?
Desde 2020, sobre todo con el proyecto DARCO, financiado por el Ministerio de Ciencia y dirigido por Enrique Soria Mesa, IP del grupo de investigación HUM-781. Precisamente con este proyecto, la UCO adquirió el equipamiento que necesitábamos.
Esta plataforma para nuestro uso se compone de 4 escáneres cenitales CopiBooks Open System A2 Eagle, un SupraScan Quartz HD A1+ inteligente de calibración automática, estaciones de trabajo vinculadas con computadores, software de tratamiento (limbprocessing) y creación de metadatos, un sistema de preservación digital para implementar soluciones de archivo basadas en OAIS (ISO 14721) que permiten despliegues de repositorios confiables TRAC según el estándar ISO 16363, o un NAS para el almacenamiento de los cientos de miles de objetos digitales que se van creando en el proceso, entre otras cosas.
¿Qué resultados de investigación han sido claves para que puedan tener una labor tan activa en transferencia?
Creo que nuestra labor podría ser de hecho mucho más activa (o más visible) teniendo en cuenta el enorme potencial de la Universidad de Córdoba en investigación en torno al patrimonio histórico. Dicho esto, es cierto que nuestra vocación interdisciplinar ha resultado importante.
En este sentido, contamos con multipremiados historiadores de los aspectos socioeconómicos del mundo hispánico, algunos de los mejores especialistas en paleografía, diplomática, archivística, heráldica, genealogía y aplicación de la robotización. En la actualidad, por poner un par de ejemplos, en cuanto a resultados de investigación aplicables, están en desarrollo dos tesis doctorales en Historia dentro del programa Patrimonio de la UCO, una bajo mi dirección y la otra bajo la dirección del IP del grupo (Enrique Soria). La primera, de la mano de una ingeniera informática y archivera, analizará la aplicación de la Inteligencia Artificial a los archivos históricos y su lógica repercusión en la investigación. La segunda, por un arquitecto becario FPI en este grupo HUM-781, que aplica el conocimiento generado en esas fuentes documentales que digitalizamos a la reconstrucción virtual de bienes inmuebles, calles históricas y la trama urbana de la ciudad de Córdoba desde época medieval. Ambos forman parte de e-Scribano. A todo ello, hay que sumar el poder contar con un equipamiento magnífico y puntero en España.
Tenemos unos medios técnicos de trabajo muy demandados por organismos públicos que disponen de proyectos y financiación, pero no del equipamiento necesario para alcanzar sus objetivos. Nosotros a cambio de nuestra aportación, solicitamos contrataciones para egresados de la UCO, quienes se encargan de la digitalización de la documentación. Este trabajo es muy útil para retroalimentar el proceso de digitalización del patrimonio, para salvar uno de los mayores tesoros de la historia de España y de la destrucción intencionada, por uso, o por accidente y darlo a conocer y hacerlo accesible online a todas las personas. Esto por sí mismo es una forma de transferencia que hacemos, en este caso a la sociedad. Con nuestro proyecto, el ritmo anual promedio al que se venía haciendo la digitalización de la documentación histórica notarial cordobesa se ha incrementado en los últimos veinte años en un 1714,3% y eso, teniendo en cuenta, que la plataforma no está siendo explotada aún ni a la mitad de su potencial.
Una línea de transferencia que desarrollamos consiste en ofrecemos para colaborar con otros grupos de la UCO u otras universidades y empresas es el desarrollo de software aplicado a la documentación histórica manuscrita y la lectura paleográfica. En especial nos interesa la aplicación de IA (indexación probabilística y clasificación documental, sobre todo, aunque no únicamente).
¿Con qué empresa/s suelen trabajar más? ¿Son todas ellas del mismo sector?
Suelen ser del mismo sector, sí, el de la digitalización documental. Este pasado año, por ejemplo, hemos firmado sendos acuerdos con Scanea2, una empresa con sede en Granada, o STD (Sistemas del Tratamiento Documental), con sede en Sevilla. Por supuesto, la base de la que partimos, si hablamos de relaciones institucionales, es el convenio firmado entre la UCO y la Junta de Andalucía que nos permite colaborar con el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, donde tenemos instalada ahora nuestra plataforma, en un espacio cedido de sus instalaciones donde trabajamos con la documentación in situ.
¿Cómo compaginan el trabajo de investigación con las tareas de transferencia? ¿Tienen
tiempo para llevar las dos tareas en paralelo?
Ese es el gran problema. El trabajo que se exige –o que nos exigimos– en la Universidad se traduce en que la misma persona que ha de buscar la excelencia en su labor investigadora (comunicando en congresos internacionales, publicando en las mejores revistas científicas, solicitando proyectos I+D…), ha de hacerlo a la par en la docencia y la innovación docente, en la gestión académica, la dirección y formación de jóvenes investigadores, la divulgación y la transferencia. Movidos por la necesidad de mejorar su entorno, en la UCO un investigador activo puede estar asumiendo no dos, sino múltiples tareas en paralelo, con las consecuencias personales que eso conlleva.
¿Cuántas personas forman parte de su grupo de investigación?
El grupo HUM-781 del PAIDI es amplio, dentro de él, esta línea de innovación, valorización y transferencia de la que hablamos la encuadramos dentro de un proyecto interdisciplinar bajo el nombre de e-Scribano. Lo formamos 5 personas.
Estos cinco integrantes son: Enrique Soria (catedrático de Historia Moderna de la UCO e IP del grupo HUM-781), Ana M. Chacón (licenciada en informática -especialidad en IA-, facultativo del Cuerpo Superior de Archivística de la Junta de Andalucía y doctoranda en la UCO), Rafael M. Girón (doctor por la Universidad de Granada y profesor de Historia Moderna de la UCO), Alejandro M. Cerro (arquitecto por la Universidad de Sevilla, máster en representación y diseño en ingeniería especializado en patrimonio histórico, contratado FPI y doctorando en Historia en la UCO) y yo mismo, Antonio J. Díaz (profesor de Historia Moderna, docente además de Paleografía y Diplomática en la UCO e IP de e-Scribano).
¿Cuántas personas hay contratadas en su grupo gracias a estos proyectos de transferencia?
Ahora mismo, ninguna. Previamente sí. Comenzamos con la contratación de un egresado de la UCO como personal técnico de apoyo durante un año, hemos sumado el trabajo de otro antiguo estudiante (en este caso, remunerado gracias al contrato con una empresa) y en la actualidad tenemos previsto que el grupo HUM-781 pueda contar con otra persona contratada el próximo año, si todo va conforme a nuestras estimaciones.
¿Tienen alguna patente o están en proceso de petición o concesión?
No, nos hace falta. Por su naturaleza, los resultados de investigación en torno al patrimonio histórico suelen ser directamente aplicables al sector servicios, en forma de productos ya terminados o de asesoramiento. Salvo en excepciones, como pueden ser la participación en la fase de feeding data o en la prueba de usuarios de software en desarrollo, lo habitual es que la investigación histórica genere conocimiento explotable sin necesidad de experimentación, aplicación, ni desarrollo previo por empresas y sin recurrir a patentes o licencias. Sencillamente, no lo necesitamos para crear riqueza.
¿Han pensado crear Empresas de Base Tecnológica gracias a los proyectos de transferencia?
Tres de los miembros de e-Scribano junto con otros tres socios creamos una empresa en 2018, que sigue activa ahora mismo. De hecho, Alejandro Cerro, contratado FPI y doctorando en nuestro grupo, fue antes personal contratado en nuestra empresa hasta diciembre de 2020. No obstante, desde mi experiencia, tal y como se plantea el marco de reconocimiento como EBT universitaria, este tipo de iniciativas tienen más dificultad para encajar cuando vienen del campo de las humanidades. Me aventuraría a decir que se crean empresas y se genera actividad económica derivada de conocimiento generado en la UCO (en torno al patrimonio histórico, al turismo cultural, a la arqueología…) pero no pocas descartan pasar por el trámite de reconocimiento como EBT, cuando no topan con una reglamentación poco adaptable a sus particularidades y necesidades. Por otra parte, tengo la esperanza de que los cambios recientes en este sentido mejoren lo dicho. De hecho, la nueva terminología me parece más adecuada: Empresas Basadas en el Conocimiento (EBC).
¿En qué piensa que la UCO puede ayudar a los grupos que hacen transferencia para seguir potenciando y si es posible incrementando esta tarea?
Iniciativas como esta de hacer entrevistas a los grupos de investigación, que ayudan a dar a conocer lo que hacemos y podemos hacer desde la universidad, me parecen una medida muy buena. El principal obstáculo que se nos presenta en el caso de la investigación histórica es la falta de adaptación conceptual de la transferencia a esas particularidades que mencionaba. En este sentido, si la única forma en que medimos, fomentamos y compensamos el esfuerzo por la transferencia de los investigadores de humanidades son los datos que arrojan los indicadores actuales (patentes, licencias…), la universidad deja escapar actividades con repercusión económica y social y los investigadores no perciben que se fomente la formalización de esas actividades a través de la institución, ni se vean recompensados.
Centrándome en medidas concretas, un catálogo especifico de oferta de servicios de asesoría y transferencia de investigación en humanidades desde la UCO sería un instrumento muy útil, paralelo al elaborado de oferta tecnológica. También sería de gran ayuda el apoyo a la formación de redes de innovación colaborativas entre áreas mal comunicadas. Yo, como historiador, puede que tenga difícil saber cómo y con qué persona contactar, en mi propia institución, que pueda estar interesada en desarrollar un estudio transferible aportando la parte necesaria de computación, procesamiento de lenguaje natural, ortofotografía...
Una parte de la difusión social de resultados que percibimos como divulgación es transferencia al tejido socioeconómico, sustenta negocios, genera productos con valor añadido y, por supuesto, riqueza. Este tipo de actividad puede que sea un tanto marginal en algunas áreas, pero no así́ en Historia, Antropología, Historia del Arte o Arqueología. Pues bien, ¿por qué no pensar la posibilidad de incorporar la divulgación y puesta en valor histórico del patrimonio material o inmaterial como actuaciones de transferencia coordinada y fiscalizable por la UCO? Son apenas algunas ideas.
Conoce más detalles de este grupo en: www.e-scribano.es