DESCRIBE SU VIDA EN LA CORTE, SATISFACIENDO A UN AMIGO QUE LE DIJO QUE EN SU PAÍS SE DECÍA QUE ANDABA PERDIDO. SONETO
Dan las doce del día, y yo me paro
a escoger entre veinte, y aun más, ollas
el mejor perdigón, mejores pollas;
y esto es, Antonio, que me vendo
caro.
Me quieren mil
amigos,
y en su amparo
fundo, sin ser Pegote, estas bambollas;
gasto
sus coches, gozo de sus follas,
sin que nadie me ponga algún reparo.
Debo a mis
almenaques
mi
vestido
y me
paga
la
musa
mi techado;
cuatro libros me dan gusto crecido.
Y, estando de fortuna
mejorado,
dicen en mi país que estoy
perdido,
pero mienten, que estoy
muy bien
hallado.