Título de la obra:
El Panorama. Revista de literatura y artes,
tercera época, año cuarto, nº 108
BIOGRAFÍA
Don Francisco Bancés Candamo
Nació, según don Vicente García de la Huerta, en el lugar de Sabugo, del concejo de Grado, principado de Asturias, el 26 de abril de
1662,
de
padres
muy
ilustres.
Después de
estudiar
en Sevilla, pasó a Madrid, donde en breve se dio a conocer como poeta, logró el
encargo
de componer las
comedias
que se representaban al rey, y obtuvo por ello de Carlos II una
pensión
anual y varias
comisiones
honoríficas. Estas le suscitaron émulos que le
persiguieron
con encarnizamiento y le redujeron a la mayor
pobreza,
luchando con la cual acabó sus días en Lezuza el 8 de septiembre de 1709. Candamo legó sus
manuscritos
al duque de Alba, acaso con la esperanza de que se publicasen, pero sin duda hubieron de perderse, pues Huerta asegura haber comprado en dos reales varios de ellos en que se comprendían seis
cantos
de
El Cesar africano
y algunos cuadernos de una obra histórica y de otra política.
Las comedias de este desgraciado autor se reunieron por primera vez en dos tomos por José Antonio Pimentel, mercader de libros, y se
imprimieron
en Madrid en
1722
con el título de
Poesías cómicas. Obras póstumas de D. Francisco Bances y Candamo.
Ya antes de este tiempo andaban muchas de ellas impresas, o sueltas o en la
Colección de comedias varias,
pero en una y otra parte llenas de erratas.
El primer tomo contiene ocho comedias, un auto sacramental, una zarzuela, cinco loas, un entremés y una mojiganga. El segundo tomo contiene también otras ocho comedias, dos autos y una loa. La comedia de
El español más amante, y desgraciado Macías
es una de las ocho del segundo tomo, pero conviene advertir que esta comedia es de tres
ingenios,
de los cuales fue uno don Francisco. Tampoco es inútil notar que Candamo dejó la comedia de
San Bernardo
en la segunda jornada, y que la tercera es de don Juan de la Hoz Mota, de quien tendremos pronto ocasión de hablar.
Por lo que toca a los
autos,
son lo mismo que todos los que se habían compuesto antes y se componían entonces:
batiburrillos
de palabras, barahúnda de alegorías
extravagantes
y broma pura. Las comedias son también de una índole particular, no ya por la naturaleza de los argumentos, en lo cual no se diferencian de casi todas las de su
siglo,
sino por el
estilo.
El de Candamo no se puede comparar sino con el que empleaban en las piezas heroicas don Francisco de Rojas, don Pedro Calderón y don José Cañizares, de quien hablaremos en breve, si bien todavía creemos que hay menos soltura y más afectación en el de nuestro autor. La casualidad nos bace abrir el primer tomo, y en la primera escena de la comedia
Quien premia al amor
leemos estos versos:
Desde el tocador la reina
por los cristales que al aura
la invisible tez del viento
en diafanidades cuajan,
os vio venir por la posta, [5]
tan veloz, que las rizadas
plumas, que ondeando los vientos
de volante espuma vaga
vuestra cabeza tremola,
su pie parece que calza, etc. [10]
Salvo una u otra excepción, el estilo de Candamo es este siempre.
La Jarretera de Inglaterra,
comedia en que se manifiesta el origen de esta ilustre orden,
El duelo contra su dama
y
Por su rey y por su dama
son las únicas comedias de Candamo que hemos visto representar alguna vez, además de la de
El esclavo con grillos de oro,
a la cual hizo don Vicente García de la Huerta el
honor
de insertarla en su
Teatro
español,
a pesar de que su estilo, sus largos apartes y otras circunstancias la hacen muy poco diferente de las otras.