[17]
De Juan de Piña
Si el
Peregrino
gallardo
de este libro es proprio nombre,
y para eterno
renombre,
Lope de
Vega
o Belardo;
la patria tan peregrina, [5]
que madre el mundo la llama,
y su peregrina fama
la madre y patria divina;
y el hijo tan peregrino
que el Cielo hizo en él solo [10]
un sutil divino Apolo,
y un nuevo Homero divino,
Madrid a tan fértil Vega
fabrique templos y altares,
pues por ella Manzanares [15]
hasta el Índico mar llega.