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De Alonso de Salas
Es la patria del sol el alto cielo,
por donde solo sigue su camino,
y así en su propia patria es peregrino,
cursando su divino paralelo.
De allí, cercando el ámbito del suelo, [5]
rompe y quebranta el yelo cristalino,
mostrando al hombre su poder divino
con la presteza de su hermoso vuelo.
Vos,
Belardo, en Madrid, patria dichosa,
con vuestro
ingenio
célebre,
seguistes [10]
un camino desierto, raro y solo,
y así, por esta hazaña milagrosa,
en vuestra patria peregrino fuistes,
como en el cielo el soberano
Apolo.