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DE DON FRANCISCO DE VILLAPADIERNA AL PINCEL Y PLUMA DEL AUTOR
SONETO
Polvos fueron ayer de piedras duras
los que Jacinto unió con mil
primores
para ser hoy retóricos colores
con que animadas hablan sus pinturas.
Así de imaginadas hermosuras, [5]
tiernos afectos, cándidos
amores,
brota su culto
ingenio
bellas flores,
del achaque de flores bien seguras.
No presumo de mí tanto que diga
de sus papeles la
elocuencia
suma, [10]
de su pincel el modo más que humano;
dé pues Jacinto honor a su fatiga,
quede en dignos elogios de su pluma
alabada su mano de su mano.