VARIEDADES
Cervantes como médico
Nuestra academia y los más
eminentes
literatos
españoles
y extranjeros habían escudriñado la
inmortal
obra del
Quijote
y la biografía de su
autor,
representándonos a Miguel de Cervantes como el ingenio más
insigne
de su
siglo,
y a su historia como uno de los libros más preciosos y […]
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como el mayor esfuerzo del
genio,
de la
[pur]eza
castellana, de la filosofía y del saber humano. Quien había descubierto en
Don Quijote de la Mancha
la mano de un profundo pensador, de un sin par hablista, de un historiador discretísimo, de un político sagaz; quien nos había presentado al escritor alcalaíno como un hombre
eminente
en el conocimiento del corazón humano y de las costumbres de su época, como
literato
versado
en la buena lectura nacional y extranjera, como un humanista completo, como un talento, en fin, adornado de generalísimos conocimientos en las bellas y nobles artes, las ciencias exactas, morales y políticas, y todo un portento de saber, de elegancia y de […]. Pero hasta ahora, a nadie le había ocurrido representarnos al inmortal Cervantes Saavedra como conocedor profundo de la medicina, como honra de esta facultad.
Este pensamiento original y agudo le vemos desempeñado
lindamente
en el opúsculo del
doctor
don Antonio Hernández
Morejón,
cuya muerte llora la ciencia de curar, y al que apreciará más y más el público, a medida que se vayan dando a luz sus obras póstumas, entre las que se cuenta la que tenemos a la vista, titulada
Bellezas de la
medicina
práctica, descubiertas en el ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
El señor Morejón prueba en su opúsculo que Cervantes en la obra del Quijote ha contraído un mérito singular describiendo la locura o monomanía de su héroe; marcando con tanta precisión y
claridad
como pudieran hacerlo Hipócrates y Boerhaave el órgano, asiento, el agente próximo y el carácter moral de la dolencia, aventajando a Pinel en la aplicación del tratamiento moral para las enajenaciones del alma, adelantándose más de dos siglos al moderno sectario Haneman en los remedios homeopáticos y mostrando a los profesores médicos su habilidad en describir las enajenaciones del alma, su
novedad
en presentar una de las especies más raras de locura, y la singular destreza en describir los intervalos de la enfermedad, su serie y su terminación. Copiaremos algunos trozos del señor Morejón, para que sirvan de muestra.
Hablando de la manera con que explicó Cervantes las predisposiciones y causas del enfermo, dice:
Disponen a contraer la locura: 1º Los temperamentos bilioso y melancólico. Don Quijote «era alto, de complexión recia, seco de carnes , enjuto de rostro, velloso de cuerpo». 2º Las edades viril y consistente. Don Quijote «frisaba con los cincuenta años». 3º La agudeza y cultura del entendimiento. Don Quijote era ingenioso, de feliz memoria y tan erudito que poseía todas las ciencias de un caballero andante: teología, leyes, medicina, botánica, astronomía, matemáticas, historia y otras (parte segunda, tomo III, página 132). 4º El orgullo de familia y nobleza. Don Quijote era hidalgo y manchego, descendiente por la línea recta de varón de la alcurnia de Gutierre Quijada, vencedor de los hijos del conde de San Polo. 5º El ejercicio violento. Don Quijote era cazador, y de liebres. 6º El cambio de la vida activa al ocio. Don Quijote «olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda». 7º Los alimentos cálidos, viscosos y de mal nutrimento. Don Quijote cenaba «salpicón las más noches, comía lentejas los viernes, duelos y quebrantos los sábados y algún palomino de añadidura los domingos». 8º Las estaciones de verano y otoño. Don Quijote experimentó los mayores raptos de locura el 28 de julio, el 17 de agosto y el 3 de octubre. 9º Las pasiones amorosas. Don Quijote fue muy enamorado. 10º El exceso de lectura. Don Quijote «vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías y poesías amorosas». 11º La mucha vigilia. Don Quijote «pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, en fin, del mucho leer poco dormir, con todo lo dicho, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio».
Explicando después la sintomatología del loco don Quijote como la describe Cervantes, añade: «Como la voz locura es genérica y se encierra en sí varias especies y aun variedades, los síntomas son siempre proporcionados a la diversidad de causas que la producen».
(Se concluirá)
1. Ilegible debido a la encuadernación. Siempre que no sea posible deducir la palabra lo indicaré mediante corchetes [Nota de la transcriptora].