Orden: Artiodactila
Familia: Bovidae
Características generales
Se trata de una oveja de tamaño relativamente pequeño, en comparación con sus parientes asiáticas e incluso algunas razas domésticas. Existe dimorfismo sexual. Ambos sexos pueden presentar cuernos, con mayor desarrollo en el caso de los machos. Distinguimos tres tipos básicos de cuernos en machos: convergentes, aquellos que crecen desde la base hacia arriba y con tendencia a separarse del eje central, para luego cambiar el sentido del giro hacia atrás siguiendo un plano más o menos horizontal y con las puntas convergiendo en la nuca; neutros, a partir del crecimiento del tipo convergente, aquellos que se mantienen en un mismo plano, adquiriendo una forma similar a una hoz; divergentes, los que mantienen el sentido del giro, formando una espiral, con las puntas divergiendo cada vez más del eje central. La coloración es pardo rojiza, más oscura durante el invierno; presentan tonos blanquecinos en el hocico, la zona ventral y la parte distal de las patas. El dimorfismo sexual no es especialmente acentuado en las medidas corporales. Es la especie más pequeña del género Ovis, cuya taxonomía es compleja y de difícil resolución.
El muflón es una especie herbívora que se alimenta de una gran variedad de especies vegetales, dada su gran capacidad de adaptación a diferentes hábitats; es pues tanto pastador como ramoneador. En su dieta podemos encontrar fanerógamas, criptógamas, yemas, bellotas, hayucos, castañas, corteza, hoja verdes, hongos y líquenes, aunque suele seleccionar plantas herbáceas y gramíneas cuando éstas abundan, llegando a conformar el 80% de su dieta en primavera. No hay constancia de competencia directa entre el muflón y otras especies de ungulados, aunque existen datos que indican la existencia de cierto solapamiento en las dietas.
Los depredadores naturales del muflón son principalmente el lobo y el lince, principalmente en poblaciones centroeuropeas y al este del continente; las crías pueden además ser predadas por zorros y grandes águilas. En España, la escasez de depredadores naturales delega al hombre, en su actividad cinegética, como el principal responsable del control de sus poblaciones, sin olvidar la competencia interespecífica.
En relación a las enfermedades parasitarias, se han encontrado hasta un total de 42 especies diferentes de nematodos. También se han descrito otras enfermedades como la denominada fiebre Q, originada por Coxiella burnetti, y la presencia de anticuerpos de Toxoplasma gondii (protozoo parásito causante de la toxoplasmosis).
Se trata de una especie social en donde cada individuo dentro de la manada posee un estatus jerárquico relacionado con edad, fortaleza y experiencia reproductiva. La comunicación se lleva a cabo mediante señales visuales y sonoras, como el silbido de alarma o una serie de balidos. Asimismo, las crías que nacen al comienzo de la temporada de cría obtienen un rango social superior al de las crías que nacen tardías durante la época de partos. En situaciones de escasez alimenticia se ha comprobado un incremento del conflicto entre madres y crías durante la lactancia. Los rebaños suelen ser relativamente grandes en comparación con otras especies de ungulados, aunque la agrupación varía en número dependiendo de varios factores, como la estación del año o la disponibilidad de alimento. Los grupos son guiados por hembras de avanzada edad. En el periodo de celo y gestación, que va de noviembre a marzo, el tamaño medio de los grupos oscila entre 10-12 individuos, siendo estos mixtos, aunque se pueden localizar grupos bastante más grandes, de hasta 30 individuos.
Hábitat y distribución
El género Ovis apareció en el continente asiático entre el Plioceno y el Pleistoceno, hace 1,8-2,4 millones de años. Este taxón fue abundante en Asia y Europa Oriental durante el periodo Cuaternario (hace dos millones de años), aunque su presencia en el resto de Europa era esporádica (O. savini en Forest Bed, en Inglaterra, u O. antiqua en Pont de Chateau, en Francia). La región de los Cárpatos ha sido testigo de al menos tres oleadas migratorias de ovejas salvajes en dirección oeste, comenzando hace 400.000 años y finalizando al comienzo del periodo glacial que acompañó la última fase del Pleistoceno; estos movimientos migratorios al parecer iban ligados al desarrollo de ambientes esteparios.
O. orientalis está presente de forma natural en los siguientes enclaves: norte y sur de Córcega, en diversas zonas de Cerdeña (la parte oriental de la isla, el paraje del Cabo Figari y la isla de Asinara, además ha sido reintroducido en la costa norte), en el noroeste de Chipre, el Bosque Pafos, Turquía, Irán, y el Cáucaso. Por otra parte, ha sido introducido en gran número de regiones y países: en Europa (Alemania, Austria, Países Bajos, Luxemburgo, Hungría, Francia, Italia, Suiza, Rusia y países aledaños, Polonia, Rumanía, Bulgaria, Croacia, Chequia, Eslovenia, Bélgica, España, Finlandia, Suecia, y Dinamarca), EEUU (California, Texas y Hawai), Argentina y las Islas Kerguelen, situadas al sur del Océano Índico y pertenecientes a Francia. Intereses principalmente cinegéticos provocaron la introducción de poblaciones procedentes de Córcega (O. o. musimon var. corsicana) en Centroeuropa y otros países del Mediterráneo, como España.
Como ocurre con la mayoría de las ovejas salvajes, suele localizarse en zonas montañosas, tanto en bosques abiertos como en amplios pastos; suele visitar zonas de ecotono entre pastos y bosques, así como áreas rocosas y pedregosas, por lo general entre los 1.000 y los 1.500 metros de altitud. La mayoría de las poblaciones presentan una pequeña migración estacional, dispersándose por lo general hacia zonas de mayor altitud y ocupando grandes extensiones durante el estío, en otoño bajan a zonas de altitud media y durante la estación invernal se suelen concentrar en valles protegidos. Existe segregación de sexos particularmente en primavera y verano, cuando las hembras permanecen en altitudes altas y los machos tienden a concentrarse en los valles. En realidad es una especie que se adapta fácilmente a distintos medios, aunque prefiere el matorral y los roquedos.
Reproducción
Como la mayoría de las ovejas salvajes, los muflones entran en celo desde finales de otoño a comienzos del invierno. En España el celo se sitúa en octubre y noviembre en ambientes peninsulares, siendo más laxo en Tenerife. Los machos están organizados bajo una estricta jerarquía de dominancia determinada por la edad y el tamaño de los cuernos. Los combates ritualizados a base de choques frontales permiten el mantenimiento del estatus. Son pues los machos dominantes los que cortejan a las hembras en estro. Como la mayoría de los ungulados son poligínicos, y sólo unos pocos machos se reproducen cada temporada, mientras que todas las hembras lo hacen. Estas son poliestras, es decir, repiten su periodo fértil cada tres semanas en el otoño. Las hembras de muflón no se reproducen hasta que tienen 2-3 años de edad, mientras que los machos no suelen poder aparearse hasta que no alcanzan los 5-7 años debido a los problemas en obtener un estatus social suficiente; pero ambos sexos son sexualmente maduros desde una edad más temprana: las hembras al año y medio y los machos a los dos años. El periodo de gestación es de 5,5 meses y paren 1-2 crías en primavera. Al nacer las crías pesan un 5-10% el peso de sus madres, son del tipo precoz, están totalmente desarrolladas y pueden ponerse en pié y comenzar a amamantar a los pocos minutos. Las hembras pueden reconocer a sus crías por medio principalmente del olor, aunque el proceso de reconocimiento se ve facilitado por la apariencia y los sonidos vocales conforme las crías van desarrollándose
La longevidad de los individuos depende de la situación de la población. En poblaciones estables o en declive, con una baja tasa reproductiva, la mayoría de los muflones superan los 10 años de vida, con un máximo de 20 años. En las poblaciones que se encuentran en fase de expansión, en donde la tasa reproductiva es muy alta, la edad promedio que alcanzan los individuos no supera los 6-7 años.
Bibliografía
Cassinello, J. (2003). Muflón – Ovis orientalis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Carrascal, L. M., Salvador, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/