Zorro (Vulpes vulpes) Linnaeus, 1758 (Foto A. Ferrer)

Orden: Carnivora

Familia: Canidae

 

Características generales

El zorro es una de las dos especies de cánido salvaje que junto al lobo podemos encontrar en la Península Ibérica. A diferencia de éste, el zorro tiene un tamaño mediano y más grácil, con características diferenciadoras: morro alargado y con una franja blanca en su labio superior, orejas relativamente grandes, siempre rectas y con la parte posterior oscura (negra). Los ojos son pequeños y la pupila es vertical. El color del pelaje puede variar entre el pardo-rojizo (el más habitual) hasta el gris. Los machos adultos son de media mayores que las hembras sin ninguna otra característica asociada al dimorfismo sexual.

La alimentación del zorro ha sido uno de los aspectos de su ecología más estudiados. La amplia distribución de esta especie y la diversidad de hábitats donde habita, sumada al comportamiento generalista en la selección de sus presas, tienen como consecuencia un largo listado de especies presas y variaciones en las proporciones e importancia en la diversidad de la composición de la dieta de esta especie. A partir de estos resultados el zorro está clasificado de forma general como omnívoro y oportunista. Por lo que respecta al conejo como presa en la dieta del zorro, Delibes-Mateos et al. (2008), a partir del análisis de la dieta en diferentes localidades y de la abundancia de conejos en el sureste de España, clasifican al zorro como un depredador facultativo que se alimenta de conejos cuando este es abundante, aprovechando otras especies y presas cuando está ausente o sus poblaciones se reducen debido al efecto de epizootias de carácter vírico como la mixomatosis o la hemorragia vírica. La dieta del zorro también incluye ungulados (corzo Capreolus capreolus, rebeco Rupicapra sp.), los cuales ingiere capturándolos de forma activa, las crías especialmente, o aprovechando la carroña de ejemplares encontrados muertos por diferentes. En algunas zonas rurales destaca la captura y consumo de ovejas (corderos), el ataque a gallineros y otras explotaciones similares, o la ingestión de basura o carroñas de animales domésticos. En las áreas urbanas de ciudades y zonas rurales la dieta del zorro se ha adaptado al consumo de alimentos relacionados con el hombre y sus actividades o bien presas y especies típicas de estos ecosistemas. Entre el resto de presas que podemos encontrar en la dieta del zorro destacan los frutos, los cuales pueden llegar a constituir un suplemento alimenticio frente a la ausencia de presas más importantes e incluso la totalidad del consumo cuando la disponibilidad de estos resulta energéticamente más beneficiosa.

En su área de distribución el zorro coincide con un importante número de especies de carnívoros con los cuales solapa sus requerimientos ecológicos (lobo, zorro ártico, zorro gris) y con los que compite de forma más o menos importante. Entre los depredadores naturales del zorro destacan el águila real (Aquila chrysaetos) que puede capturar crías y adultos, el lobo (Canis lupus), el coyote (Canis latrans), el tejón (Meles meles), el lince boreal. En la Península Ibérica se citan como depredadores al lince ibérico (Lynx pardinus), al águila real (Aquila chrysaetos) y al búho real.

En lo que se refiere a endoparásitos, el zorro es huésped de numerosas especies de helmintos tanto en la Península Ibérica. Respecto a las enfermedades, destaca especialmente la rabia. Esta epizootia puede producir localmente la muerte de entre el 60-80% de los ejemplares de una población, siendo este cánido una de los reservorios de la rabia en Europa y Norteamérica.

Otras enfermedades que afectan al zorro en la Península Ibérica son el moquillo, el parvovirus, neosporosis (Neospora caninum), leptospirosis (Leptospira interrogans, bacterias espiroquetales) (Millán et al., 2009) y la tuberculosis bovina.

De forma general la mayor parte de la actividad de los zorros es nocturna, repartiendo esta actividad con breves períodos de descanso durante la noche, e iniciando estos períodos transcurrida una hora aproximadamente del crepúsculo. Los dominios vitales de los zorros suelen ser, en general, exclusivos y con límites no solapados, aunque hay cierto grado de solapamiento relacionado con el sexo, la época del año, la disponibilidad de recursos, el tipo de hábitat, y con la relación de parentesco entre grupos o ejemplares. En general los dominios vitales son defendidos activamente por lo que se pueden considerar territorios. Los zorros de entre 6 y 9 meses se ven en la mayoría de los casos impulsados a abandonar el grupo familiar donde han nacido e instalarse en un nuevo espacio vital, si bien un pequeño porcentaje de ejemplares de más de 10-12 meses también puede dispersarse. En la mayoría de hábitats donde este proceso ha sido estudiado, la dispersión comienza en septiembre y finaliza a principios del año siguiente, cuando se inicia la época de celo. Este comportamiento comporta una serie de movimientos erráticos y de distancias variables. El abandono de la seguridad del grupo familiar durante este período de dispersión en terrenos desconocidos provoca un aumento de la mortalidad en esta parte de la población juvenil. La esperanza de vida de los ejemplares que se dispersan es un 15% inferior a los que no lo hacen.

La unidad social básica en el zorro es la pareja aunque grupos de hasta 6 ejemplares (normalmente un macho adulto junto a un número de 2 a 5 hembras posibles reproductoras) podrían compartir un territorio en función del hábitat. El macho colabora en el cuidado de las crías hasta que éstas abandonan la madriguera. Respecto a las vocalizaciones se han descrito hasta 28 categorías, que son utilizadas para comunicarse a largas distancias y que permiten incluso diferenciar entre individuos.

Habitat y Distribución

El zorro está considerado como la especie de mamífero terrestre más ampliamente distribuida. Especie de distribución holártica, se encuentra en grandes áreas del Paleártico, desde el noroeste de África hasta China y Japón, la Península de Arabia y el subcontinente indio, Sikkim y Bután. Presente en el Neártico, se encuentra en América del norte excepto en el Ártico. En Europa se distribuye por todo el continente, excepto en las islas de Creta, Malta, Elba, Lipari, Baleares, Shetland, Feroe, Hébridas, Orkney e Islandia. En España el zorro es común en toda la Península Ibérica y está ausente de las islas Baleares y Canarias.

Las densidades y abundancias de zorro son muy variables en función de la calidad del hábitat, de la cantidad y tipo de alimentación, del período del año (reproducción, dispersión juvenil…), de la presencia de otras especies competidoras, de la presencia de enfermedades, de las medidas de gestión de sus poblaciones (caza y control) y de la interacción de todos estos factores.

Reproducción

El apareamiento es muy variable, desde parejas monógamas, un macho con dos hembras adultas que podrían llegar a compartir el cuidado de las crías, hasta una hembra adulta reproductora con la ayuda de otras hembras no reproductoras. Hay siempre una única hembra que se reproduce en el grupo familiar aunque puede haber cópulas con otros ejemplares fuera del grupo. Los machos dominantes realizan excursiones frecuentes fuera de los límites de su territorio durante la época de celo, a la vez que machos itinerantes pueden realizar incursiones en este territorio.

Con un único período reproductor al año el zorro es una especie monoestra. En las regiones de latitudes medias del hemisferio norte los zorros se reproducen entre diciembre y abril, aunque la mayoría de las cópulas son entre el mes de enero y febrero. En el hemisferio norte, a medida que disminuye la latitud el ciclo reproductivo se adelanta. Las hembras son receptivas durante 3 días y la ovulación es espontánea. El período de gestación es de 52 días y los nacimientos se dan durante los meses de marzo a mayo. El peso de las crías al nacer es de aproximadamente 100 g. La lactancia dura de 8 a 10 semanas. Las hembras nacidas el mes de marzo (aproximadamente) serían adultas en septiembre y tienen su primer estro el siguiente enero. La proporción de hembras que crían y el número medio de crías por camada varían en función de la cantidad de alimento disponible, la densidad relativa y la competencia entre hembras. En las poblaciones con densidad elevada y recursos tróficos limitados la productividad es inferior a las que tienen una densidad baja. También puede haber una relación con la edad de la hembra. La proporción de sexos al nacer en las poblaciones de zorro son 1:1, si bien puede haber desviaciones con la edad debido a una reducción de la supervivencia en los machos por efecto de la competencia intraespecífica.

La edad máxima registrada en un ejemplar salvaje es de 14 años pero en cautividad pueden superarla.

Bibliografía

López-Martín, J. M. (2010). Zorro – Vulpes vulpes. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Cassinello, J. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/

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