DIARIO CÓRDOBA

Domingo, 29 de junio del 2003 [p. 9]

OPINIÓN

                                                                           

 

Carta ilustrada

Antídotos clásicos para falsos valores

 

 

Parecería que sólo interesa al hombre moderno y que, por ende, sólo acapara los planes de los medios de comunicación, un pandemonium de valores fútiles: el provecho material, la corrupción política, la televisión basura o la trastienda de los equipos de fútbol. Pero este mundo, que juzgamos tan moderno, adolece de males similares a los de hace veinte siglos, cuando algunos poetas latinos lo diagnosticaron con agudeza.

 

Un satirista romano como Persio, de mediados del siglo I de nuestra era, pudo exclamar con indignación: "¡Cuánto hay de vacuo en el mundo!". El poeta romano Horacio, pese a hallarse en los aledaños del poder imperial, atisbó con lucidez que ni el logro material ni el medro político pueden hacer feliz al hombre: "Pues ni las riquezas ni el cetro consular son capaces de disipar las míseras perturbaciones de la mente ni las cuitas que revolotean bajo los ricos artesonados". Horacio, mediante su proclama del beatus ille, optó y abogó por una vida sencilla y natural, en contacto con la naturaleza (actitud, por cierto, precedente del moderno ecologismo); una vida alejada de extremos (es el tópico de la dorada medianía); y exenta de preocupaciones, miedos y deseos. Todo esta cosmovisión ética la resumió en la feliz fórmula del carpe diem, la invitación a disfrutar con serenidad del momento presente, desechando toda ambición de futuro.

 

Esas posiciones vitales de los romanos, expresadas mediante el cauce de la poesía, han configurado sustancialmente los modos de pensar y de vivir de la civilización occidental. No pasaron desde luego inadvertidas a grandes escritores del Siglo de Oro, que se hicieron eco. Como Fray Luis de León, quien escribió:

no cures si el perdido

error admira el oro y va sediento

en pos de un bien fingido,

que no ansí vuela el viento,

cuanto es fugaz y vano aquel contento.

Al hombre moderno, que sobrevive náufrago en ese maremágnum de falsos valores, no le viene mal recordar periódicamente el legado de la poesía latina. Con ese objeto, hemos organizado un Curso de Verano que se impartirá en la Universidad de Córdoba entre el 14 y el 18 de julio, con el título de "La Tradición Clásica en la poesía española contemporánea". Admito que la poesía latina no tenga la rabiosa actualidad del fichaje de Beckham o el morbo de Hotel Glam, pero estoy convencido de que es capaz de transmitir valores más relevantes para el hombre actual.

 

Gabriel Laguna Mariscal

Profesor Titular de Filología Latina

Universidad de Córdoba