Yolanda ESPÍNOLA
JIMÉNEZ
Ana Isabel MARTÍN
LOBATO
Mª Jesús NIETO
VILLA
1.-
INTRODUCCIÓN
En el Sistema Educativo, la democratización de las relaciones con el profesorado,
los padres, y con los restantes sectores implicados y afectados por el proceso educativo,
ha generado que:
Las relaciones se planteen en un plano de igualdad, en las que el miedo a la
sanción basadas en el ejercicio del poder, está dando paso a un clima más participativo
para la mejora educativa. (Actas del I Congreso sobre liderazgo en el sistema
educativo Español, 2.001)
2.-
INSTITUCIÓN ESCOLAR
La sociedad, se vale de las diferentes instituciones sociales como familia,
escuela, grupos, etc., para asegurar la transmisión de los diferentes valores y códigos
sociales de generación en generación.
Actualmente, una de estas instituciones está sobrecargada, ya que recoge factores
culturales, tecnológicos, sociales, etc., los cuales la hacen imprescindible. Nos
referimos a la escuela.
Como consecuencia de esta sobredimensión y de encontrarnos en una sociedad
democrática y plural, el sistema educativo tiene que dar respuestas a las demandas
sociales por medio de sus intenciones educativas, en un currículum abierto y flexible, en
donde participe toda la comunidad educativa, y además se someta a debate para recoger la
opinión de la sociedad, ya que la escuela no puede cumplir la función educadora sin
colaboración.
3.- OTRAS
INSTITUCIONES
Como ya sabemos, la institución escolar ha dejado de realizar la función
pedagógica por sí sola, y se ha abierto a la colaboración, a la intervención de otras
instituciones, de otras personas externas a ella, y a la participación de toda la
comunidad educativa.
De esta manera, podemos traducir la participación en diversas direcciones:
colaboración entre centros escolares, asociaciones sociales, educadores sociales,
trabajadores sociales, centros cívicos, personajes locales, empresas
(Ejemplo: con respecto a las iniciativas locales, hemos de señalar dos modelos que
asocian los centros escolares, los poderes locales y el entramado económico, para
facilitar prácticas en empresas que contribuyan a la inserción profesional de la
juventud. Tales son los casos del taller de Marolles y el Centre des Etangs
Noirs en Bruselas, orientado a preparar a los jóvenes excluidos del centro escolar,
pero que aún están en el período de la enseñanza obligatoria.)
4.- LOS
ALUMNOS/AS
El éxito escolar del alumno, es un reto lo suficientemente importante, como para
generar un gran abanico de opiniones diversas entre todos los sectores sociales. A pesar
de ello, el estudiante parece ser el gran ausente del mecanismo de la participación. En
un principio porque la comunidad educativa no contaba con su colaboración y su voz no era
tenida en cuenta en la toma de decisiones. Actualmente, se les da mayor participación
tanto a los alumnos como a las familias, pero apenas se ven implicados en su propia
escolarización, la colaboración no les estusiasma, lo cual no favorece en absoluto el
rendimiento y la eficacia de esas estructuras donde quedan representados.
En España la participación del alumnado en los centros escolares se realiza a
través del Consejo Escolar. Al igual que en la mayoría de los países europeos, esa
participación se lleva a cabo esencialmente en un organismo de dirección.
Los alumnos/as desempeñan un importante papel en la determinación de las formas
definitivas del programa, y para evitar que dichas programaciones caigan o sigan cayendo
en la rutina es necesaria una participación comprometida por dicho sector.
5.- LAS
FAMILIAS
La Constitución, en su artículo 27.7 establece que Los profesores, los
padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de los centros
sostenidos con fondos públicos.
La Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación,
determina que la estructura y funcionamiento de los centros educativos debe inspirarse en
una concepción participativa de la actividad escolar y que la participación es el
mecanismo idóneo para atender adecuadamente los derechos y libertades de los padres,
profesores y alumnos.
La participación en la vida del centro es, a la vez, un derecho y un deber. Pueden
participar a través de una fórmula más institucional o comprometida
(asociaciones de padres o alumnos) o bien a través de fórmulas más abiertas (escuelas
de padres) o con canales de comunicación más esporádicos o interpersonales (entrevistas
con miembros del equipo directivo, tutor, etc).
La implicación de las familias en el proceso educativo se admite ampliamente en la
mayoría de los estados miembros de la Unión Europea. De hecho, la célula familiar
constituye el marco idóneo donde el niño puede encontrar un apoyo tanto psicológico
como material a lo largo de su paso por la escuela. Dicha participación se ejerce sobre
todo a través del Consejo de la clase, teniendo más o menos poder según el estado
miembro del que se trate. De hecho parece ser que el grado de participación varía según
el grado de autonomía del centro.
6.- LOS
DOCENTES
En la organización de la enseñanza, suponiendo que el profesor dispusiera de las
competencias pedagógicas deseables, todavía haría falta que las estructuras en las que
se mueve fueran lo suficientemente ágiles y flexibles, como para permitirle un margen
real de maniobra.
De esta manera, resulta imprescindible una cierta autonomía por parte del docente,
para poder llevar a cabo procedimientos escolares más personalizados y usar pedagogías y
métodos evaluativos más adaptados a las características individuales de cada alumno/a,
así como a la realidad socio-educativa de cada centro. En España, es éste el sentido de
la legislación que sigue la LOGSE (1990).
La autonomía de la que puede disponer el docente facilita, por tanto, el
establecimiento de las relaciones de participación con el entorno exterior del centro
escolar, sobre todo con los padres de los alumnos.
7.- EL
DIRECTOR
Junto con el equipo docente, hay otro actor pedagógico importante que hay que
mencionar: el director del centro. Normalmente, proviene del cuerpo de maestros en todos
los estados miembros. Pero varían las modalidades, así por ejemplo, en España y
Portugal es elegido por el Consejo Escolar.
La forma de ser elegido influye en el contenido de las responsabilidades que
asumirá. Independientemente de las competencias que puedan corresponderle, su papel es
esencial en la dinámica educativa.
Por otro lado, tiene que lograr a la vez, que haya una mejor relación entre el
centro que dirige y el exterior, y que dicho centro se sumerja en una dinámica de éxito
escolar.
Para concluir, vamos a citar algunas de las competencias de este órgano de
gobierno unipersonal :
a)
dirigir y coordinar
todas las actividades del centro, de acuerdo con las disposiciones vigentes.
b) representar oficialmente a la
Administración Educativa en el centro y ostentar la representación oficial del mismo.
c)
cumplir y hacer cumplir
las leyes y normas.
d) ejercer la jefatura de todo el personal
adscrito y controlar la asistencia al trabajo
e)
gestionar los medios
materiales del centro.
f)
autorizar los gastos de
acuerdo con el presupuesto del centro y ordenar los pagos.
g)
convocar y presidir los
actos académicos, al Consejo Escolar, el Claustro y el Equipo Técnico de Coordinación
Pedagógica, etc.(LOPEGCE)
Fuente: http://www.eurydice.org/
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