En la trigésimo sexta edición del Festival de la Guitarra de Córdoba tuvimos el placer de disfrutar del gran broche de honor que nos brindó el show de Steve Vai en el Teatro de la Axerquía, uno de los guitarristas contemporáneos más influyentes e innovadores del mundo de la guitarra eléctrica solista. Sus inicios con el gran Frank Zappa, la influencia de la música de Led Zeppelin, Deep Perple, y sus posteriores estudios en Berkley con Joe Satriani (Satch) como profesor, jugaron un gran papel a la hora de construir la identidad “Vai”. Y es que cuando escuchas alguna de sus composiciones fácilmente reconoces que él está detrás, su estilo. Si a todo ello añadimos que el show de la gira de Vai 2016 conmemoraba el 25 aniversario de su aclamado álbum “Passion and Warfare”, la expectación era mayúscula.
Sin teloneros –el calor era asfixiante- y ataviado con un set de láseres muy llamativo, Vai irrumpió en escena tocando las primeras notas de “Bad Horsie”. Bien fuera por el persistente calor de la noche cordobesa o por lo poco apropiado del lugar para disfrutar del espectáculo de láseres (en teatros cubiertos o salas más pequeñas se aprecian mucho mejor los haces a través del humo), Steve se despojó de la parafernalia y dio rienda suelta a la mítica “The Crying Machine”, la reciente (2012) y contundente “Gravity Storm” y a la aclamada “Tender Surrender”. Con el ambiente ya bien caldeado entre sus seguidores y público general que acudió la noche del 16 de julio, comenzó el show del aniversario de “Passion and Warfare”. La pantalla que proyectaba imágenes evocadoras en cada tema, así como videoclips del propio Vai, nos dio más de una grata sorpresa. El repaso al disco fue exaustivo: se tocaron todas y cada una de los temas de “Passion and Warfare” de forma consecutiva. Para los fans de Steve Vai fue más que un regalo, un privilegio poder escuchar el disco de cabo a rabo en directo. Sin embargo, también soy consciente de que a algunos de los que asistieron a disfrutar de la música de Vai se les hice un poco cuesta arriba, ya que quizá no todas composiciones del álbum están pensadas para el directo. Durante “Liberty” no solo pudimos disfrutar de un vídeo de la actuación de Vai en 1992 en Sevilla junto a Brian May en el “Guitar Leyend Festival”, sino también de dúo del propio Vai con el audio de la proyección, algo muy ameno y de agradecer en un concierto de más de 2 h 30 min. A ello le siguió “Erotic Nightmares” y “Animals”. Más tarde pudimos disfrutar de la primera gran sorpresa de la noche. Durante el comienzo de la popular “Answers” apareció Satch en la pantalla para felicitar 25 aniversario del disco a Steve que culminó con una jam entre ambos (un video muy divertido, ya que en cada solo de Satch este aparecía una llamativa máscara).
Tras este entretenido duelo entre amigos, sucedieron en riguroso orden “The Riddle”, “Ballerina 12/24” y “For the Love of God”, con la que llegó el éxtasis entre la mayoría de los asistentes al evento. Sin tiempo para el receso, “The Audience Is Listening” irrumpió en nuestros tímpanos y en nuestras retinas. John Petrucci también se unió a los felicitaciones por el cuarto de siglo de vida de “Passion and Warfare” y por supuesto a Steve en una jam obligatoria que nos deleitó a la mayoría de los presentes. “I Would Love To” con la proyección de su videoclip oficial de la época, “Blue Powder”, “Greasy Kid’s Stuff”, “Alien Water Kiss”, “Sisters” y “Love Secrets” siguieron y terminaron con el repaso al disco. Pero ahí no terminó el show. Sin apenas descanso entre temas, Vai nos introdujo una de las jams que solía practicar con el gran Zappa en escena. Así que, con apoyo audiovisual, disfrutamos del dueto a título póstumo (un privilegio en gran medida para muchos de nosotros). No podía faltar la jam con parte del público invitado al escenario; muy típico de los conciertos de Vai de un tiempo a esta parte y que dinamiza el evento en sus postrimerías. Seguido, y antes del bis, un momento de nostalgia radiofónica con “Racing the World” fue gratamente bienvenido. Y ahora sí, tras el bis y aproximadamente dos horas y media de show, el concierto terminó con “Fire Garden Suite IV – Taurus Bulba”.
En definitiva, pudimos deleitarnos con un Vai excelso y en forma, con una banda muy en su sitio (quizá más de lo que algunos esperábamos, aunque sin poder achacar ni la más mínima pega en el apartado técnico) y un sonido que si bien no fue todo lo homogéneo que lo deseado, estuvo a la altura de las expectativas de la mayoría nosotros, amantes de la guitarra.
Crónica: Francisco Cantero