Los sistemas socioeconómicos dependen en gran medida de los ecosistemas naturales para la obtención de cuantiosos bienes y servicios. En otras palabras, los ecosistemas son fuentes naturales de materia y energía esencial tanto para cualquier actividad económica como para el bienestar humano.
No todos los bienes y servicios que se obtienen de la dehesa están ligados a la producción de alimentos y materias primas o actividades que tienen un valor en el mercado. Dado el carácter multifuncional de estos ecosistemas, como también ocurre en otros, existen otras contribuciones que directa o indirectamente satisfacen distintas necesidades de la sociedad actual, ya que contribuyen en alguna de las múltiples dimensiones del bienestar humano (vida digna, libertad y capacidad de elección, salud, seguridad, buenas relaciones sociales y paz de mente y espíritu), pero que son de difícil valoración económica. Estos servicios ecosistémicos ya sean tangibles o intangibles puede clasificarse en: