Lucía Abad. Diario Córdoba, 8 de mayo de 2019.
Manuel Torres habla del papel de la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba y de las cuestiones que generan tensión social.
-Parece que los conflictos se multiplican. ¿Somos una sociedad más conflictiva que otras que nos han precedido?
-En realidad, lo que la sociedad en general desconoce es que los seres humanos somos conflictivos por naturaleza. Esto no es ni bueno ni malo en sí, es nuestra condición. Diariamente resolvemos conflictos sin apenas darnos cuenta, gestionamos nuestras relaciones de un modo pacífico, pero cuando no somos capaces de hacer esa gestión, entonces se produce una alteración que nos hace tomar conciencia de que debemos aplicar un mayor esfuerzo y razón para regular esa situación. No somos más conflictivos que en otros periodos, tenemos más información global, pero también desde hace años sabemos que la regulación y resolución de conflictos es una disciplina que nos hace racionalizar los mismos y generar una actitud pacífica para su gestión. Somos conflictivos porque afortunadamente tenemos puntos de vista distintos, aspiraciones diferentes, culturas distintas, objetivos y posiciones diferenciadas… Es nuestra capacidad de regular pacíficamente todos estos elementos lo que nos han hecho crecer como humanidad y avanzar.
-Hace algo más de un mes celebraban el congreso Córdoba, ciudad de encuentro y diálogo, en torno a las migraciones y las personas migrantes. ¿La cuestión migratoria es tan grave como nos la pintan?
-La cuestión migratoria es un reto y una oportunidad que tiene el mundo en la actualidad. Un reto porque es necesario establecer una regulación que permita que seres humanos que buscan una vida mejor encuentren cumplido su deseo en un mundo que es de todos. Y es una oportunidad porque si hablamos de desiertos demográficos por ejemplo en la España vacía, envejecimiento de la población, necesidad de incrementar el número de cotizantes, etcétera, las migraciones pueden contribuir al desarrollo económico, cultural, social y personal.
-¿Cuáles cree que son los conflictos que acechan a la sociedad cordobesa, y a la española en general, que no están recibiendo la atención que debieran?
-Creo que el principal es la inseguridad ante un mundo en cambio que presenta problemas de complicada solución y que encuentran en los neopopulismos un caldo para apostar por políticas totalitarias. En segundo lugar, también se encuentra la brecha entre ricos y pobres y el hundimiento de las clases medias, lo que provoca radicalización de posturas. En tercer lugar, la invención de un debate religioso/político en torno a la Mezquita y su entorno por quienes pretenden patrimonializar lo que es de todos.
-¿Qué puede aportar la Cátedra a la resolución de conflictos?
-Formación, educación, conocimiento, datos empíricos, lucha contra la desinformación, valores, civismo… Creer en el ser humano como centro de toda sociedad y hacer del humanismo el referente para un futuro lleno de máquinas, redes sociales, deshumanización, individualismo… Solo una ciudadanía bien formada puede combatir un futuro incierto, tan incierto como siempre ha sido el futuro.