El proyecto LIFE Innocereal EU, cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea (UE), cuyo principal objetivo es la producción sostenible de cereales, continúa con sus trabajos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Hasta el momento, y tras los primeros 18 meses de desarrollo del proyecto, han sido varios los logros alcanzados por los miembros de LIFE Innocereal EU comenzando por la publicación de un Manual de Buenas Prácticas para la producción de cereales, en el que se han incluido 11 prácticas sostenibles, las cuales se han llevado a cabo en la red de fincas demostrativas de los países de la cuenca Mediterránea, Portugal, España, Italia y Grecia, y en la finca piloto, ubicada en el Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba.
El objetivo de estas Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs), que se están evaluando en los cultivos de trigo duro, trigo blando y cebada, es poder poner en marcha el certificado ‘Cereal Certificado Bajo en Emisiones’ (CCBE) y su posterior certificación de los productos derivados de estos cereales.
Uno de los hitos más importantes que se han logrado hasta el momento con estas prácticas sostenibles en las fincas demostrativas ubicadas en España es la reducción del 37% en el uso de combustible. Y es que con la implementación de las BPAs se han logrado reducir las emisiones de GEI por kilogramo de cereal cosechado para todos los cultivos estudiados.
Estas BPAs también se han implementado en la finca piloto ‘Rabanales’ de la Universidad de Córdoba cuyos resultados han arrojado una reducción del 55% en el consumo de combustible, y del 11,4% en los costes de producción respecto a una parcela bajo un manejo convencional. En total, la producción de cereal fue un 17% mayor gracias al empleo de las BPAs, con el consecuente aumento de beneficios.
Además, la implantación de las BPAs en la finca piloto del LIFE Innocereal EU ha supuesto una reducción del 27% de las emisiones asociadas al uso de energía, operaciones agrícolas e insumos. Pero no solamente eso, el uso de las BPAs ha dado lugar a una reducción del 39,4% de las emisiones equivalentes por tonelada de grano cosechado.
En la finca piloto también se han puesto en marcha otros ensayos relacionados con la fertilización de los cereales en estudio, donde el uso de bioestimulantes y la optimización de la dosis de fertilizantes mostraron una reducción del 30% en la fertilización nitrogenada total, dando lugar a un aumento significativo del rendimiento de los cereales.
Por último, cabe destacar que el certificado CCBE para los cereales estudiados y sus derivados producidos de forma sostenible, gracias a la aplicación de las BPAs, estará listo para su aplicación a mediados de 2024, al igual que el sistema de alerta al agricultor, basado en la identificación de anomalías en el comportamiento de los cultivos de cereales.