Mientras tanto, los miembros de la organización preparan los espacios y ponen a punto los cronómetros. Siete minutos por intervención.
En una de las aulas están los cuatro equipos y tres jueces, que celebran lo bien organizado que está el campeonato. Los debatientes se dividen en dos equipos, el Gobierno y la Oposición, y ambos cuentan con una Cámara Alta y una Cámara Baja, que debatirán con seriedad, respeto y convicción al estilo del Parlamento Británico. Se acerca el momento de comenzar, el primer ministro abre la ronda de debate y el cronómetro comienza su cuenta atrás.
Llama muchísimo la atención la preparación y la calidad de las argumentaciones entre jóvenes que aún están cursando sus estudios o que aún son aprendices en el campo de la oratoria.
El debate va avanzando y cada vez se nota más intensidad en las diferentes argumentaciones acompañadas de los puntos de información de los contrincantes, que rebaten los argumentos presentados por el equipo contrario poniéndose en pie y alzando la mano. Mientras, los compañeros de los debatientes traducen sus aplausos de apoyo al discurso en golpes en la mesa, que con cada intervención se suceden de manera más seguida. Eso sí, con una profesionalidad y un saber estar dignos de una cámara parlamentaria.
Una vez finalizado el debate, los jueces se quedan deliberando en la sala mientras los participantes del debate se saludan con deportividad, a pesar del ímpetu con el que han peleado sus respectivas posiciones. Están nerviosos, unos más satisfechos que otros, pero el resultado ha sido de una gran calidad.
Estos jóvenes no tienen nada que envidiar a los representantes políticos que hay en la actualidad. Durante sus intervenciones han hablado de consenso, de negociación, de diálogo, conceptos que constituyen la base de la democracia, y que resultan muy oportunos dada la situación política actual en España.
Sin lugar a dudas, la gran mayoría, por su representación, podrán optar en un futuro a ser parte del entramado político de diferentes países. Al contrario de lo que, en ocasiones, se afirma sobre los jóvenes, visto esto se puede decir que hay esperanza.