Las Jornadas sobre la situación del meloncillo en Andalucía concluyen que no hay acuerdo para cambiar el estatus del meloncillo, pero se consensua la conveniencia de definir un protocolo de actuación basado en la evidencia científico-técnica que incluya la posibilidad de controles puntuales en zonas donde se demuestren daños.
Los días 7 y 8 de noviembre pasados se han celebrado en la Universidad de Córdoba (Campus de Rabanales) unas JORNADAS –TALLER tituladas BASES CIENTÍFICAS PARA EVALUAR EL ESTATUS DEL MELONCILLO EN ANDALUCÍA, dentro de un encargo de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul (Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad) a la Universidad de Córdoba (Unidad de Investigación en Recursos Cinegéticos y Piscícolas) organizadas por Olmo Linares (UIRCP-UCO) en colaboración con Jenny Anne Glikman (IESA-CSIC) y María Martínez Jauregui (ICIFOR, INIA-CSIC), con Juan Carranza como responsable (UIRCP-UCO).
El meloncillo es un carnívoro que pertenece a la familia de las mangostas (Herpestidae), siendo la única especie de este grupo que habita en Europa. Algunos sectores, como cinegético y ganadero, perciben que esta especie perjudica a sus actividades, por lo que solicitan acciones de gestión para mitigar los daños. Por ello, se hace necesario un análisis integral que evalúe los aspectos ecológicos y sociales sobre la especie, sus impactos y las posibles decisiones de gestión. El evento incluyó dos partes, durante el primer día una serie de ponencias científicas y técnicas, y al día siguiente un taller de debate siguiendo metodologías de facilitación para encontrar los puntos de consenso y discrepancia entre los representantes de los sectores relacionados con esta especie.
Las ponencias, conducidas por Juan Carranza (UIRCP-UCO), comenzaron con las presentaciones de Pablo Ferreras y Esther Descalzo (IREC-CSIC-UCLM-JCLM) que mostraron el estado actual del conocimiento sobre la alimentación del meloncillo e impacto de depredación sobre sus presas, así como su distribución y expansión reciente en la Península Ibérica. Sebastian Hidalgo de Trucios (UEX) presentó sus trabajos sobre el meloncillo en Extremadura, analizando su impacto y sus relaciones con otros mesocarnívoros. A continuación, Olmo Linares (UIRCP-UCO) presentó la situación del meloncillo en Andalucía, principalmente desde la óptica de la percepción de los distintos sectores y el monitoreo participativo. María Jesús Palacios González (Junta de Extremadura) nos habló sobre las experiencias de gestión y control del meloncillo en Extremadura. Sobre la situación en Castilla La Mancha intervino José Luis García-Moreno Marín (JCCM). Al final de este bloque, Olmo Linares presentó los resultados de una encuesta opcional realizada a los participantes inscritos a la Jornada-taller antes del inicio de las Jornadas. Como complemento necesario para entender la situación legal de la especie, Pedro Brufao Curiel (Universidad de Extremadura) intervino al día siguiente con una ponencia sobre el régimen jurídico del meloncillo en España.
Durante el segundo día se llevó a cabo un taller con metodología de facilitación, conducido por Jenny Anne Glikman (IESA-CSIC) y María Martínez Jauregui (ICIFOR, INIA-CSIC). Para ello se constituyó un panel integrado por representantes de diferentes entidades con interés en la especie, los cuales se enfrentaron a una entrevista semiestructurada on-line que les hacía categorizar y discutir diferentes enunciados de noticias de prensa sobre el meloncillo y su gestión. El panel estuvo formado por 5 científicos especialistas en esta especie, 5 representantes de la Administración andaluza, 5 representes de la Federación Andaluza de Caza, 4 representantes de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y 4 representantes de asociaciones relacionadas con la conservación (Ecologistas en Acción, WWF, SECEM), en total 23 personas. La jornada se abrió fijando el objetivo de obtener una visión compartida sobre los problemas asociados al meloncillo, las posibles soluciones y acciones para resolverlos. Después de una ronda de presentaciones, los participantes de manera individual y anónima redactaron todos los problemas que identificaron asociados al meloncillo y se discutieron por grupos las posibles soluciones a medio-largo plazo. La jornada terminó con el compromiso de los participantes de describir posibles acciones para hacer viables las soluciones consensuadas durante la jornada.
En la jornada se resolvió con un consenso en la mayoría de los problemas asociados al meloncillo, las soluciones y las acciones. Particularmente, los participantes de todos los sectores se mostraron de acuerdo con muchas de las soluciones y acciones propuestas para resolver la falta de información científica (datos de campo y revisiones) sobre la especie, los daños reales, sus consecuencias y métodos de control. Igualmente, los participantes expresaron su acuerdo en los problemas derivados de la percepción de la especie, coincidiendo en la necesidad de mejorar y consensuar la divulgación y la educación ambiental al público general y sectores de interés. Con respecto a la gestión y administración de esta especie, los disensos se hicieron más patentes. Existió división en el grado de acuerdo, pero podría ser aceptable por todos los sectores, el hecho de autorizar el control excepcional por daños puntuales (a nivel local) basado en datos científicos-técnicos y dentro del marco legal actual. En caso de que fuera necesario el control, existió un consenso sobre la necesidad de agilizar las autorizaciones y dieron importancia a la respuesta urgente. Finalmente, cabe añadir que no se ha encontrado un acuerdo de todas las partes sobre promover un cambio en el estatus legal del meloncillo para que pueda estar sujeto a control cinegético. Unos expresan que podría realizarse un cambio de estatus utilizando la legislación andaluza y europea, ya que, apoyándose en la investigación, se podría demostrar que es una herramienta viable y que no supone alteraciones significativas en las poblaciones. Otros sectores lo consideran inaceptable porque la información actual no lo aconseja o justifica, y que para cuando sea necesario hacer excepciones, existen ya vías administrativas para adoptar medidas especiales de control de poblaciones.