Como regla general, las autoridades competentes y las empresas deben asegurar que el público y los trabajadores no sean sometidos a dosis de radiación que rebasen los límites establecidos en la legislación, con el fin de asegurar que no se produzcan daños de tipo determinista, y que el riesgo de sufrir algún daño de tipo estocástico sea similar al riesgo existente en la actividad industrial considerada más segura.
También con carácter general, las exposiciones a las radiaciones ionizantes se regirán por el Criterio ALARA. Este principio se suele denominar por las siglas en inglés “As Low As Reasonably Achievable” que se puede traducir como: Tan bajo como sea razonablemente posible.
Es el principio de la optimización de la protección por el que se establece que el valor de las dosis individuales y colectivas serán lo más bajas que sea factible conseguir. En relación a un uso particular de las fuentes de radiación ionizante, se establece que el valor de las dosis individuales, el número de las personas expuestas y la probabilidad de que ocurran exposiciones potenciales será lo más bajo que sea razonablemente posible, teniendo en cuenta todos los factores y sin caer en absurdas situaciones de sobreprotección.
Por lo que se refiere a criterios y medidas de seguridad concretos en la protección frente a las radiaciones ionizantes, es conveniente actuar preventivamente en los siguientes aspectos:
- Diseño, fabricación y correcto funcionamiento de los equipos que incorporen fuentes de radiaciones.
- Adecuada distribución de equipos emisores en las instalaciones, señalizando las zonas a proteger y colocando los blindajes que sean necesarios para reducir las exposiciones. En caso de que la actividad implique la producción de residuos con actividad radiactiva, el tratamiento de éstos se debe hacer de acuerdo a los procedimientos de eliminación determinados.
Se debe controlar el acceso a las zonas clasificadas, así como indicar con una señal luminosa bien visible que un equipo emisor está activado. Estas zonas nunca deben ser un lugar de tránsito o acceso a otras dependencias. Se debe controlar de forma especial la ubicación e idoneidad de cualquier pared o equipo que pueda recibir el haz directo de radiación. No debe incidir en puertas, ventanas, salas de control.
- Durante el funcionamiento, utilización de los procedimientos de trabajo adecuados con el fin de garantizar la protección de todo el personal, utilización adecuada de los equipos y realización de las verificaciones periódicas tanto de los propios equipos productores como de las instalaciones en su conjunto y su funcionamiento.
En este apartado, es necesario hacer hincapié en el uso correcto del dosímetro por parte del personal expuesto, para que los resultados dosimétricos sean representativos de la dosis real. Es importante que la colocación sea la adecuada a la altura del pecho y en una posición centrada.
Se deben realizar los cambios de dosímetro puntualmente una vez transcurrido el periodo de utilización (mensual). No se debe exponer a altas temperaturas, a posibles irradiaciones cuando no se está utilizando, a alta humedad o a agentes químicos que pudieran afectar al dispositivo.
En el caso de que la exposición de una determinada parte del cuerpo pueda ser muy superior a la exposición general, se utilizarán dosímetros de extremidades además del de pecho. Por ejemplo, si los brazos del operador pueden recibir una cantidad de dosis muy superior a la que recibe el resto del cuerpo por las características de su trabajo, se llevará un dosímetro en la muñeca.
La mencionada actuación preventiva basada en los tres aspectos anteriores tiene su aplicación concreta en algunos entornos de trabajo significativos en el campo de las radiaciones ionizantes, que los se desarrollan a modo de ejemplo :
La operación en salas de radiodiagnóstico supone tener presente los siguientes puntos:
• Antes de proceder a efectuar la exploración asegurarse que las con diciones físicas son las adecuadas (puertas cerradas, señalización luminosa, etc.) y que no se encuentren personas ajenas a la actuación diagnóstica en la inmediaciones. La comunicación con el paciente que permanece en el interior de la sala se debe realizar a través del circuito de megafonía instalado con ese fin.
• El personal de operación permanecerá en la zona protegida mientras se efectúa la exploración.
• Se debe diafragmar el campo de exploración al mínimo suficiente para el diagnóstico con el fin de minimizar la región expuesta a la radiación.
• La inmovilización de los pacientes se realizará siempre que sea posible utilizando sujeciones mecánicas. Cuando sea imprescindible su jetar a un paciente, el personal que intervenga portará las protecciones adecuadas, no se expondrá al haz directo de radiación, no intervendrán menores de 18 años ni mujeres gestantes.
• En el caso de exploraciones radiográficas con equipos móviles, normalmente utilizados en servicios de urgencias, unidades de cuida dos intensivos, etc. el personal permanecerá durante el disparo lo más alejado posible del paciente, y siempre que sea posible , a una distancia no inferior a 2 metros y provisto de delantal plomado.
Las instalaciones industriales y de investigación presentan características muy diversas dada la variedad de funciones y usos que se hace de las radiaciones ionizantes. De forma general se debe insistir en la importancia de operar los equipos de acuerdo a los procedimientos establecidos, la formación del personal y asegurando las óptimas condiciones de mantenimiento de los equipos.
Especial mención merecen los equipos portátiles por cuanto las condiciones de funcionamiento se establecen siempre en entornos variables, a menudo de acceso difícil, que implican un mayor rigor si cabe en la adecuación de las condiciones de trabajo, ya que se operará en muchos casos en espacios abiertos y con limitadas condiciones de blindaje. En estos casos se deben seguir escrupulosamente las indicaciones dadas Los entornos de obras y construcciones en los que tiene lugar la operación de equipos de medida de densidad y humedad del suelo, o de gammagrafía industrial, se deberá prestar especial atención a mantener bien visible la señalización de la ubicación del equipo, teniendo en cuenta además que en muchos casos existe tránsito de vehículos en las inmediaciones de estas localizaciones.
A modo de ejemplo, baste recordar que se han dado numerosos casos de aplastamiento de equipos de medición de humedad y densidad (troxler) por parte de vehículos de obra debido a una insuficiente señalización. También se debe ser especialmente cuidadoso durante el transporte de los equipos para que no queden fuera de control en ningún instante, ya que se pueden producir robos o extravíos peligrosos.
En general los equipos utilizados en la gran mayoría de los procesos, incorporan fuentes radiactivas convenientemente encapsuladas, de acuerdo al uso que de ellas se vaya a hacer.
Las operaciones más delicadas serán aquellas que tengan que ver con el manipulado de dichas fuentes que, como regla general, se producirán especialmente en el mantenimiento y verificación del correcto estado de dichas fuentes. Se debe asegurar el buen estado del encapsulado y correcto confinamiento de los isótopos radiactivos.
Por último y a modo de resumen, se enumeran aquellos aspectos que, de forma general, se deben verificar en las instalaciones con relación a la propia seguridad en su funcionamiento:
• Se realizan medidas periódicas de los niveles de radiación en la instalación por parte de una entidad autorizada (UTPR, SPR o Supervisor según corresponda).
• Se llevan a cabo actuaciones de mantenimiento de los equipos emisores por parte del fabricante o empresa subcontratada, según lo indicado en el expediente de autorización. Referido a las instalaciones de radiodiagnóstico, comprobar que se dispone del programa de garantía de calidad. Se verificará su implantación, tanto en lo referido a los controles periódicos de los niveles de radiación como también en los correspondientes controles de calidad del equipamiento de radiodiagnóstico.
• Las indicaciones para la mejora de la seguridad en la instalación, incluidas en actas de inspección (si las hay) o informes de UTPRs, se han llevado a cabo. En el caso que aún esté pendiente, deberá figurar en el plan de actuaciones previstas la mejora indicada.
• Se realiza el control dosimétrico y se mantiene actualizado el historial dosimétrico del personal profesionalmente expuesto.
• El supervisor y operadores poseen las licencias de personal acreditado.
• El personal que desarrolla su trabajo en esta instalación ha recibido la información y formación al iniciar su actividad y que ésta se actualiza. Es conveniente que esta información esté por escrito.
• Las personas susceptibles de riesgos especiales (embarazos, menores de edad), conocen su obligación de comunicar esta circunstancia al titular.
• Se realiza la vigilancia de la salud de acuerdo al Reglamento de protección sanitaria contra radiaciones ionizantes (registro de los certificados médicos de aptitud).
• La señalización de zonas pertinente está colocada en lugar adecuado y visible.
• Los sistemas de enclavamiento, bloqueo y luces de acceso a zona controlada funcionan correctamente. El control de acceso a zona controlada debe ser eficaz.
• Existe y se cumplimenta el Diario de Operaciones.
• Existen medios de protección personal adecuados a las operaciones a realizar: delantales, guantes etc.
• Se dispone de plan de emergencia específico relativo a las instalaciones radiactivas.
• Se redacta una memoria anual.