El esperma recogido por esta metodología presenta un escaso volumen y una muy alta concentración espermática debido a que la Imipramina reduce la contracción de las glándulas accesorias y mejora la contracción de las ámpulas, mientras que el movimiento se encuentra en concordancia con los valores obtenidos tras la recogida con vagina artificial (Serres y col., 2000). Esto hace que generalmente las muestras seminales obtenidas ex cópula puedan emplearse en programas de crioconservación de semen o de inseminación artificial con esperma fresco o refrigerado, obteniendo índices de fertilidad normales (Card y col., 1997; Johnson, 1998; Rowley y col., 1999). En cambio, este método consume mucho tiempo y sus resultados son impredecibles lo que limita su aplicación al terreno comercial. Así y bajo condiciones de campo, se ha conseguido obtener eyaculados entre el 25% y el 30% de los caballos tratados.

3. Manipulación manual del pene o masturbación
Aunque para la obtención de esperma con el animal en pie podemos usar de manera satisfactoria la vagina artificial (Schumacher y Riddell, 1986), ya desde 1965 se ha usado un método simple de recogida de esperma mediante la estimulación manual del pene del caballo (Crump y Crump, 1988; Forney y McDonnell, 1999; Mottershead, 1999), normalmente con el semental en estación sobre sus cuatro extremidades.

La técnica consiste en colocar al semental junto a una pared o en un potro de sujeción y excitarlo con una yegua en celo. El pene en erección se lava con agua templada (entre +48º y 52ºC) como estímulo previo, se coloca una bolsa no espermicida sobre el glande y con unas compresas atemperadas en agua limpia a +55ºC inmediatamente antes de su aplicación, aplicamos una en el glande (mano izquierda) y otra en la base del pene (mano derecha colocada en forma de “U”), para masajear hasta que se produce la eyaculación. Cuando el caballo responda con movimientos pélvicos de empuje, la mano derecha debe seguir dichos movimientos, mientras que la mano izquierda mantendrá un masajeo rítmico con movimientos rotatorios en el glande (Crump y Crump, 1988). Otras variaciones de la misma técnica emplean la vagina artificial (preferentemente los modelos Nishikawa, Hannover, HarVet y Missouri) para estimular el pene y la aplicación de una compresa atemperada (entre +40º y 50ºC) como estímulo adicional del glande del pene (Kenney y Cooper, 1994), o permiten la monta del animal sobre una yegua o un maniquí tomando entonces el pene y masajeándolo con el caballo en posición bípeda (McDonnell y Love, 1990).